A la asunción de su cargo acudió el gobernador del Zulia, Manuel Rosales. Si, el mismo que había huido del país por perseguido, quien regresó sorpresivamente a incorporarse a la actividad política como si nada, hasta volver a llegar a gobernar el más grande estado de nuestra Venezuela y a abrazarse con Maduro en cada una de sus visitas oficiales a la región.
Nada habría de negativo en que un presidente de Fedecámaras invite o reciba en su acto de proclamación a un dirigente político de alta talla o un gobernador. La cuestión radica en Querétaro ambos coinciden en el inmenso daño económico que las sanciones internacionales le han causado al país. Aunque no soy ingenuo en pensar que las sanciones son solo personalísimas, y algunas lo son, sin dudas, si parto del principio de que la situación desde el punto de vista económico es causada deliberadamente por el régimen para someter más a la población y como estrategia para su permanencia en el poder, al más rancio estilo cubano. Ha sido la excusa perfecta para descuidar hasta la extinción el trabajo, la educación, la salud y los servicios. La carta de la destrucción ante el mundo, con lloriqueo. La tapadora perfecta de los desmesurados actos diarios de corrupción.
Casualmente, ninguna de las dos figuras centrales de este texto se refiere a la corrupción ni a la manipulación del régimen, como no lo hace tampoco, por cierto, el informe del Alto Comisionado para los Derechos Humanos de la ONU, también por pura, mera, casualidad. La corrupción que es tan de vieja data para el régimen de Maduro como la destrucción del trabajo, de la salud, de la educación o de los servicios públicos. Del padecimiento creado para atormentar más a la ciudadanía. Allí están las cifras de huidos del país, el extraordinario lugar sostenido y en busca de los primeros índices en la percepción mundial de la corrupción, tanto como el salario mínimo más bajo del mundo o la inflación más alta en el orbe. ¿Se percibe alguna intención de controlar esos males por parte del régimen? Pero, como el régimen necesita más dinero para su sostenimiento, estas figuras calzan bien para incrementar las solicitudes internacionales al respecto.
Quienes han sancionado expresan que las sanciones serán levantadas cuando haya avances notorios en términos de DDHH y de elecciones libres y verificables. Una forma de contener los desmanes del régimen del terror. ¿Rosales o Celis tienen alguna mejor? Jugar con el régimen discursivamente puede ser que les sea beneficioso a ellos en varios términos, especialmente personales. Pero no son las causas de la debacle económica, ni son las ás causas de los padecimientos de la ciudadanía venezolana como ellos y el régimen quieren hacer ver. Muy mal debut para Adán Celis, quien no es precisamente un inexperto, al frente de Fedecámaras. ¿Se enderezará en el camino como algunas cargas? Lo dirá el tiempo, como dicen. Sospecho que no.