El Ejército de Myanmar sacó de la cárcel a Aung San Suu Kyi, la líder civil derrocada por un golpe militar en febrero de 2021, y la trasladó a un edificio gubernamental, según confirmaron este viernes a la agencia de noticias EFE fuentes cercanas a su partido.
Según estas fuentes, Suu Kyi fue “realojada” en una fecha no confirmada en un edificio controlado por el régimen militar cuya ubicación se desconoce, tras permanecer aislada en una prisión de la capital, Naypyidaw.
“Aung San Suu Kyi fue trasladada a un complejo de alto nivel en la noche del lunes”, dijo un responsable de la Liga Nacional para la Democracia (LND) bajo condición de anonimato.
Esta semana, fuentes cercanas al caso confirmaron a EFE que la junta planea transferir a Suu Kyi a un arresto domiciliario en Rangún.
Suu Kyi, quien solo ha sido vista una vez tras el golpe y sobre quien pesan condenas que suman hasta 33 años de cárcel desde entonces, ya pasó 15 años bajo arresto domiciliario en una residencia en Rangún, hasta su liberación en 2012, durante el período de mandato de la anterior junta militar (1962-2011).
El actual régimen castrense, liderado por Min Aung Hlaing, no ha confirmado el posible arresto domiciliario de Suu Kyi, noticia anticipada por el servicio en Myanmar de la BBC.
El golpe, que derrocó el Gobierno encabezado por Suu Kyi y puso fin a una década de transición democrática, ha sumido a Myanmar en una profunda crisis política, social y económica y ha abierto una espiral de violencia que ha exacerbado la guerra de guerrillas que vive el país desde hace décadas.
El Ejército justifica el golpe por un presunto fraude durante las elecciones generales de noviembre de 2020, cuyo resultado fue anulado y en las que la Liga Nacional para la Democracia (NLD, por sus siglas en inglés) de Suu Kyi arrasó, como ya hizo en 2015, con el aval de observadores internacionales.
Los cambios actuales en la situación de Suu Kyi coinciden con una visita a Naypyidaw del enviado especial de China para Myanmar , Deng Xijun, cuando Beijing ha aumentado su influencia y mediación en la crisis.
En coincidencia con la visita a Myanmar el pasado marzo del ex ministro de Asuntos Exteriores chino, Qin Gang, quien abogó “por un proceso de transición política” durante una reunión con Min Aung Hlaing, la junta anunció una amnistía a 2.153 disidentes.
Se espera asimismo que la junta anuncie de forma inminente si prolonga o no el estado de emergencia, a punto de expirar tras extenderse por seis meses el pasado 1 de febrero, cuando se cumplieron dos años de la asonada, generando incertidumbre sobre si todavía se celebrarán elecciones este año, como estaba previsto.
En julio, el jefe de la diplomacia de Tailandia explicó que se había reunido con Aung San Suu Kyi, en el primer encuentro conocido con un enviado extranjero desde su detención.
Un portavoz de la junta dijo la que la reunión duró más de una hora, pero no dio detalles sobre su contenido.
Desde su detención han existido preocupaciones por la salud de la Nobel de la Paz de 78 años.
Su popularidad en Myanmar sigue siendo muy alta a pesar de que su imagen internacional quedó salpicada por su acuerdo para compartir el poder con los militares y su fracaso al proteger a la perseguida minoría rohinyá.
Con información de EFE