Florencia no quiere que su historia se interprete como la de alguien que renunció a su trabajo en Argentina para buscar ganar dinero en otra parte del mundo. Su premisa inicial, la que la llevó a vivir un tiempo en Estados Unidos y luego un año en Europa, es la de perseguir la pasión por viajar y conocer.
Por: TN
Precisó que fue a los 20 años que se animó a hacer un intercambio en el país norteamericano. Aquella experiencia duró cuatro meses y fue la que cambió su visión. Florencia, que estudió Relaciones Públicas, se recibió y trabajó en una empresa de cobertura de salud, buscó 10 años después desprenderse de lo material para vivir nuevamente ese cosquilleo.
En 2022 se trasladó a Europa sin un fin específico: “Lo hice sola y estuve así durante seis meses. Después se sumó mi novio y nos quedamos seis meses más. Me hospedé en casas de amigos y familiares, pero antes de ir tramité una visa de trabajo para poder vivir todo ese tiempo de manera legal”, dijo Florencia a TN.
Su objetivo era llegar a Alemania y asentarse allí, pero luego de la pandemia conseguir un turno para obtener la visa se volvió imposible. “A veces las visas son una puerta para el que quiere emigrar y decide quedarse de manera ilegal. Por eso es difícil conseguirlas. Yo siempre supe que antes de vencerse el plazo me volvía”, explicó.
Optó por la opción de residir en Hungría. Allí estuvo dos meses como voluntaria en un hostel. En Budapest conoció a dos personas con las cuales forjó una amistad y fueron ellos las que la incentivaron a trasladarse a Suecia.
Puedes leer la nota completa en TN