A poco más de un mes de que el sumergible Titán implosionara, mientras cinco tripulantes intentaban observar de cerca los resto del Titanic, lo ocurrido continúa siendo noticia internacional. Posterior a la tragedia, empezaron a surgir interrogantes sobre la seguridad del vehículo marítimo y las advertencias que pudieron ser ignoradas.
Por Semana
Desde aquel domingo 18 de junio, cuando cinco multimillonarios se aventuraron a las profundidades del mar, OceanGate, la empresa encargada de dicha expedición, empezó a centrar la atención. En principio, por si pudo haber evitado la tragedia y, posteriormente, al seguir promocionando días más tarde nuevas exploraciones.
En el sitio web de la compañía se alcanzaba a visualizar que tenía previstas misiones en junio de 2024 sobre las cuales animaba a vivir una experiencia que ‘pocos’ podían tener. “Esta es tu oportunidad de salir de la vida cotidiana y descubrir algo realmente extraordinario. Conviértete en uno de los pocos en verlo con tus propios ojos”, decía en su página.
No obstante, la empresa anunció posteriormente que suspendía todas sus operaciones de expedición y comerciales; de manera que es incierto si las retomará en un futuro. Cada trayecto tenía un valor de 250.000 dólares por persona, es decir, cerca de 985.140.200 pesos colombianos.
¿De la exploración marítima al espacio?
Cuando no se han cumplido ni dos meses de la tragedia, el cofundador de OceanGate, Guillermo Söhnlein, cuyos intereses también están enfocados en las exploraciones espaciales, dijo en una entrevista sobre sus proyecciones. El empresario tiene un propósito estimado para el año 2050, pero del cual ya ha entregado luces de lo que espera suceda.
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