La bella actriz asesinada por su novio estrella de rock: 19 golpes brutales en un lujoso hotel

La bella actriz asesinada por su novio estrella de rock: 19 golpes brutales en un lujoso hotel

Hace 20 años moría Marie Trintignant después de haber pasado varios días en coma tras haber sufrido una terrible golpiza, 19 trompadas, por parte de su pareja, el músico de rock francés Betrand Cantat (Photo by frederic meylan/Sygma via Getty Images)

 

 

Un hotel de lujo en Lituania al final de una jornada de rodaje. Una gran estrella de rock y una famosa actriz de cine en una de las habitaciones. Hay drogas, alcohol, un mensaje de texto de un ex y una discusión encarnizada. Celos, insultos, recriminaciones.

Por Matías Bauso | Infobae

Una gran estrella de rock mata a una famosa actriz de cine, su pareja. El asesinato, como casi todos, es brutal. Pero este parece todavía más cruel y terrible. La mata a golpes: 19 trompadas que terminaron en una hemorragia cerebral irreversible.

Algunos escucharon los golpes, los gritos, el llanto de ella, el chasquido de los impactos de la mano contra el cuerpo, más gritos, veladores estrellándose contra el piso, algún portazo, muchos más golpes, el ruido sordo de las trompadas, algún gemido más. Después el silencio.

Los que los conocían sabían de qué habitación del largo pasillo de hotel provenían. Era una pareja de celebridades. Habían protagonizado algún incidente antes, nadie ignoraba que él tenía problemas severos con los drogas y que en sus momentos de exceso los brotes de violencia eran habituales. Lo naturalizaban: era una estrella de rock.

Pero esa vez las consecuencias fueron definitivas. La actriz francesa Marie Trintignant, de 41 años, fue molida a golpes por su pareja, el músico Bertrand Cantat. La paliza le produjo daño cerebral irreparable. Después de unas horas fue llevada a un hospital lituano en el que fue operada de urgencia para descomprimir el cerebro. Después de tres días de agonía, fue trasladada a París ya sin esperanzas. Sin embargo, al arribar a la capital francesa fue intervenida una vez más, un último recurso desesperado ante la convicción que la muerte era inevitable.

El 1 de agosto de 2003, veinte años atrás, la noticia sacudió a Francia. Aunque desde hacía un par de días eran pocos los que mantenían esperanzas, el dolor que provocó la muerte de la actriz Marie Trintignant no se vio mitigado por lo anunciado del desenlace. La repercusión fue enorme. Durante semanas el caso monopolizó todas las conversaciones, los noticieros de televisión y las portadas de radios y revistas.

Marie Trintignant.

 

Marie era hija de Jean Louis Trintignant, una leyenda del cine francés, y de Nadine, una conocida directora cinematográfica. Empezó desde muy chica actuando para alguna de las creaciones de su madre. Luego de terminar el colegio empezó su carrera formal. Fue dirigida, entre otros por Alain Corneau (segundo esposo de su madre), Ettore Scola, Claude Chabrol y Leos Carax entre otros. Actuó en Los Amantes del Pont Neuf, Serie Noire, Les Aprentis, entre más de veinte películas. Fue nominada al Premio césar en 5 ocasiones como actriz principal o de reparto.

Era una mujer muy hermosa, de una belleza inquietante, salvaje. Se había casado cuatro veces. Tenía cuatro hijos.

La noche del 26 de julio de 2003 estaba en un hotel de Vilnius. Filmaba bajo la dirección de su madre una miniserie sobre Colette. Cantat había llegado unos días antes. La excusa para la explosión final, según dicen, fue que el músico descubrió que Marie había recibido un mensaje de texto de su ex marido (y padre de dos de sus hijos) el dramaturgo y director cinematográfico Samuel Benchetrit. Cantat gritó y comenzó a golpearla. Hasta ahí lo que se supo por lo que pudieron escuchar los vecinos de habitación.

Siete horas después de la pelea, un hermano de Marie la encontró inconsciente (todavía no sabía que estaba en coma) en la habitación. Llamó a emergencias y la internaron.

Cantat también fue internado por su exceso de alcohol y al borde la sobredosis.

Al ser interrogado, Cantat dijo que habían discutido y que luego de zarandear a Marie, esta había caído de espaldas y se había golpeado la cabeza. Nadie le creyó demasiado. Muchos comenzaron a encontrar, a divisar retrospectivamente las señales de alerta que habían desdeñado en los meses anteriores.

Bertrand Cantat intentó volver a los escenarios en varias ocasiones desde que quedó en libertad (Photo by David Wolff – Patrick/Getty Images)

 

La autopsia demostró que Bertrand Cantat había mentido descaradamente. Al momento de ampliar la declaración había afirmado que le había propinado cuatro sopapos, cuatro bofetadas y nada más. La ciencia lo desmintió. Marie había recibido, al menos, 19 golpes fuertes. Tenía muchos magullones y varios huesos faciales y del cráneo fracturados y aplastados.

Durante el juicio, la defensa intentó establecer que se había tratado de un accidente. Una caída en medio de una discusión de pareja. Un homicidio no intencional. Sostuvieron que Marie murió porque en medio de la discusión cayó de espaldas y se golpeó la cabeza. Que las trompadas de Cantat no habían sido la causa. Los informes de los peritos desmintieron esa versión. Probaron el ataque salvaje y desbocado. Y sus consecuencias.

Después el intento fue por poner en duda la imputabilidad del asesino debido a su estado psiquiátrico y a la adicción a las drogas. Eso tampoco funcionó. La estrategia que le dio resultado al abogado defensor fue la de atacar la calificación del hecho. Sutilezas jurídicas que determinan cómo se tipifican, cómo se encuadran los hechos. El tribunal decidió hubo dolo eventual. La pena fue mucho más leve que los 15 años que pidió el fiscal y que parecían que sería la sanción que se llevaría Cantat. Lo condenaron a 8 años de prisión. Después de la sentencia fue trasladado a una prisión francesa.

Allí pasó sólo 4 años. Fue liberado, tal como lo disponía la ley francesa, al cumplir la mitad del tiempo establecido por buena conducta.

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