El trámite se ha convertido en un obstáculo para el reimpulso de las relaciones, tras la apertura de la frontera el pasado mes de abril
Cierto es que las fronteras se abrieron, dando paso a la reactivación del intercambio comercial y aéreo, pero todavía un gigantesco muro se interpone entre Venezuela y Curazao: la solicitud de visa para los venezolanos que deseen ingresar a la isla.
No solo se trata de que la exigencia del documento provoca malestar entre quienes estaban acostumbrados a viajar a Willemstad de manera expedita y sin mayores trabas, sino que el trámite es descrito como lento, engorroso y costoso por personas que han hecho la diligencia en la oficina de la compañía que presta este servicio a la embajada del Reino de los Países Bajos en Caracas.
“Son muy estrictos al momento de recibir las planillas y cobran montos muy altos por cambiar una palabra o una letra. En muchos casos los cambios que exigen son absurdos”, señala a Crónicas del Caribe el representante de una agencia de viajes que prefiere resguardar su identidad.
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