La familia real holandesa comienza las vacaciones en una etapa complicada tras varios meses en el punto de mira.
Por infobae.com
La monarquía de los Países Bajos es una de las más populares fuera de las fronteras holandesas, pues los reyes Guillermo y Máxima llevan años esforzándose para transmitir una buena imagen que han logrado potenciar con la ayuda de sus hijas, siempre dispuestas a posar ante las cámaras y mostrar su mejor sonrisa. Sin embargo, la situación en su país es diferente y es que desde hace un tiempo la Casa Real se encuentra en entredicho.
Uno de sus principales problemas es la caída de la popularidad, que es cada vez mayor. Las encuestas de los últimos años no mienten, la institución tiene cada vez menos aliados entre la población y la cifra no hace más que bajar. Si en los días previos a la abdicación de la princesa Beatriz un 80% por ciento de la gente estaba a favor de la institución, tras la llegada al trono de su hijo Guillermo los datos comenzaron a caer.
Así lo desvelaba una encuesta del portal nacional EenVandaag, que hace unas semanas sacaba a la luz que este 2023 los reyes apenas cuentan con el apoyo de un 54% de los ciudadanos holandeses. Según los expertos, la causa de esta gran bajada serían sus vacaciones del año 2020, cuando en plena pandemia se fueron en secreto a Grecia, despertando tal oleada de indignación que se vieron obligados a pedir disculpas públicas. Tres años después, la desconfianza sigue presente.
A esto se le suma la figura de Bram van Montfoort, un personaje cada vez más conocido en los Países Bajos que se ha convertido en una ‘amenaza’ para los reyes Guillermo y Máxima. Periodista de profesión, forma parte de un movimiento llamado ‘Republiek’ cuya misión es abolir la monarquía y reemplazarla por una república parlamentaria.
Montfoort, que cada vez tiene más visibilidad, no duda en protestar y afirmar que su objetivo final es que la familia real deje de tener un poder real. Además, se ha convertido en la cabeza visible de las manifestaciones, portando carteles en los que se puede leer “Guillermo el Último”. Y si bien sus principales intereses están en Guillermo y Máxima, también estuvo presente en la proclamación de Carlos III para formar parte de las propuestas del movimiento ‘Not My King’ (’No es mi rey’).
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