“Ahora es tu turno de lidiar con las consecuencias de tu logro”.
Por BBC Mundo
Esa es la frase que el físico Albert Einstein le dice a su colega Robert Oppenheimer en una de las escenas finales de Oppenheimer, la película que narra como este último se convirtió en la década de 1940 en el “padre” de la bomba atómica al liderar el Proyecto Manhattan del gobierno de EE.UU.
En el filme Einstein aparece en la última etapa de su vida, cuando compartía los espacios del Instituto de Estudios Avanzados de Princeton con Oppenheimer, quien fue director de la institución de 1947 a 1966.
Eran dos de los más importantes científicos de su época, pero mantenían importantes diferencias, tanto por cómo entendían la física, como por la forma en que creían que sus investigaciones podrían servir -o perjudicar- al mundo.
“Fuimos colegas cercanos y algo amigos”, dijo Oppenheimer en una conferencia en París en 1965, en la que se conmemoraba el décimo aniversario de la muerte de Einstein.
En su película, el director Christopher Nolan pone a los dos físicos a conversar en unos diálogos que, aunque ficticios, reflejan la relación de un abrumado Oppenheimer que buscaba el consejo de un paternal Einstein.
Y es que, aunque en la vida real mantenían importantes diferencias, se tenían mucho respeto.
Dos vidas en paralelo
Cuando el joven Robert Oppenheimer se graduó y especializó en física teórica en la década de 1920, Einstein ya era nobel de Física y una figura clave de la ciencia por su Teoría de la Relatividad General (1915) y otros trabajos que influyeron en el científico estadounidense.
En medio de la creciente persecución a los judíos en Alemania, Einstein salió de Europa y se instaló en Princeton, Nueva Jersey, en 1932, donde continuó sus trabajos.
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