Los colombianos se acostumbraron a ver delincuentes capturados, en fila frente a las cámaras de televisión. Cada operativo de la Fiscalía y la Policía se convirtió en paisaje, quizá, porque no se imaginan lo que hay detrás de esos operativos.
Por: Semana
En video quedó un angustioso momento en que un agente infiltrado, en una peligrosa banda de traficantes de drogas, fue descubierto por los delincuentes. Una mujer, que se nota controla la “olla de drogas” y la experiencia de una curtida traficante hace una pregunta que pone en riesgo al agente.
– Traficante: ¿ustedes han atendido a este señor?
– Agente infiltrado: claro, yo he comprado aquí arriba.
– Traficante 2: no, yo no le he pillado, nunca en la puta vida ñero,
– Agente infiltrado: claro, yo he comprado aquí arriba en el plano.
– Traficante: ¿quién lo ha atendido a usted?
– Agente infiltrado: una nenita,
– Traficante 2: ¿cuál nenita?
– Agente infiltrado: una nenita que estaba ahí, hace como cuatro o cinco días.
Fue en cuestión de segundos que la situación dejó en riesgo al agente. Los traficantes conocían muy bien su personal y la fachada del investigador se desmoronaba. Cada respuesta que le daba a los delincuentes lo dejaba al descubierto.
– Traficante 2: qué mentira socio.
– Agente infiltrado: no sé cómo se llama la hembrita.
– Traficante 2: veo.
Fue cuando los delincuentes se lanzaron contra el agente y empezó una persecución, a pie, por las calles de tierra y en una pronunciada bajada. En video quedó la angustia del agente, su respiración y unos gritos atrás, con la firmeza de querer atraparlo, ajustar cuentas por la intromisión.
Para leer más, pulse aquí.