El futuro de condados como Miami-Dade, el más poblado, se encuentra en una encrucijada ante el avance de fenómenos medioambientales, con alertas sobre inundaciones constantes y la erosión de sus icónicas playas.
Por infobae.com
El sur de Florida, una región que tradicionalmente atractiva por su clima cálido y por los bajos impuestos en comparación con otros estados, ha experimentado un aumento de población significativo, con aproximadamente un millón de nuevos residentes desde el inicio de la pandemia. Sin embargo, el verano boreal de 2023 ha traído consigo temperaturas extremadamente altas en las aguas del océano Atlántico, que alcanzaron los 37,8°C (100°F), junto con un incremento igualmente pronunciado en los costos de seguros de propiedades. Desde años atrás, además, el cambio climático también ha hecho más frecuentes las inundaciones repentinas históricas.
Los desafíos medioambientales del estado, y en particular de condados como Miami-Dade, Monroe y Broward, son numerosos. Los poderosos huracanes y el calor extremo son solo la punta del iceberg. A largo plazo, el aumento del nivel del mar representa una amenaza mayor, con proyecciones que indican la posibilidad de que gran parte del distrito donde se encuentra la ciudad de Miami quede inundado según Bisnow.
Los expertos en sostenibilidad y medio ambiente subrayan la urgencia de abordar estos problemas. Las proyecciones actuales sugieren que, de no tomar medidas adecuadas, escenarios como inundaciones frecuentes y la desaparición de las playas podrían ser una realidad para los habitantes de Miami en las próximas décadas.
Desarrollos inmobiliarios en riesgo
El sur de Florida del Sur ha sido históricamente un punto caliente para inversiones inmobiliarias y ha atraído a inversores y desarrolladores de todo el mundo. Sin embargo, con la creciente amenaza de fenómenos medioambientales adversos, muchos proyectos están siendo reconsiderados.
Las áreas costeras, que una vez fueron consideradas como ubicaciones premium, ahora enfrentan el riesgo de inundaciones y erosión de playas. Los inversores están mostrando cautela, y algunos están incluso retirando o reduciendo sus inversiones en estas zonas. Además, las compañías de seguros están reevaluando las primas y coberturas en áreas propensas a inundaciones, lo que añade un costo adicional para los propietarios y desarrolladores. Esta situación ha llevado a un debate en la industria inmobiliaria sobre cómo equilibrar el desarrollo con la sostenibilidad y la resiliencia a largo plazo.
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