“Nada podrá ser peor que lo que dejamos atrás”, gracias a la mayoría electoral obtenida se genera un deslave natural de los escépticos (abstencionistas) y por supuesto se suman los vivos de oficio, los oportunistas, los rentistas de siempre. El proceso arranca con un inusitado fervor popular que opaca las voces disidentes y los dados de la ruleta, los vaivenes cíclicos de los precios petroleros los favorece, el precio del barril de petróleo supera los cien dólares y el país regresa obnubilado a la era saudita, la opulencia acalla la disidencia, el renovado Rentismo aglutina afectos como la miel a las moscas y le permite al proceso blindar sus estrategias, destruir lo poco que quedaba de democracia y libertad en el país.
Hacer un balance luego de 25 años (1999-2023), no será fácil, pero resulta pertinente intentarlo, luego del congelamiento de los salarios del 1ero de mayo del 2023, y de las conductas políticas, anuncios a partir de ese momento, el deslizamiento en el tobogán hacia un pozo sin fondo se hizo inevitable. La solicitud de renuncia del ministro, presidente de Pdvsa (la principal empresa y la mayor fuente de divisas (ingresos) al presupuesto nacional, por lo cual resultaría Tareck El Aissami, el chivo expiatorio de tan contundente fracaso histórico y a partir de ese momento, el país se transforma en una caricatura, en un estado fallido del que todos quieren emigrar, los enchufados se disputan a dentelladas las sobras del botín y la cúpula del Psuv se aferran al poder con la desesperación de los que saben que su ciclo histórico llega a su fin.
La magnitud del dinero esquilmado, sustraído de los fondos del estado son inconmensurables, en tanto la profundidad de la descomposición alcanza niveles inescrutables y dada la situación de default, desde el año 2017, la acentuada estanflación, combinación mortal de recesión e inflación, hace que con el menguado estado de las reservas internacionales, no sólo se comprometan seriamente los planes de recuperación y desarrollo de Venezuela, sino que amenaza convertirnos en el reino de Haití en tierra firme.
En el primer trimestre de este año 2023, la propaganda oficial ofreció el nuevo dorado y el brillo del oro de los tontos encandiló la nación, pero los anuncios y expectativas de estabilidad cambiaria, contención de la inflación, desarrollo y crecimiento económico se desvanecieron cómo pompas de jabón y las consecuencias del tsunami económico negativo comenzaron a surtir sus nefastos efectos. Los acuerdos de México y de la licencia a la empresa petrolera Chevrón, les dio una bocanada de oxígeno, los ingresos provenientes de la actividad petrolera y los pagos, gastos ocasionados por ella, generaron un cierto alivio en las cuentas nacionales y el BCV, pudo suministrar algo de las divisas que el mercado demandaba, pero las mentiras y las estafas siempre tienen las patas cortas y el destino nos alcanzó.
Hoy, la reelección indefinida, pone un corsé de hierro a las posibilidades de renovación dentro de la cúpula del gobierno, no conoceremos las opciones de renovación y cambio (glasnost y perestroika que vivió la extinta URRS, los muros no caerán, al contrario, alcanzarán más altura, los imprescindibles cambios económicos (cómo en china, luego de la muerte de Mao), tampoco ocurrirán, regresaremos a la era del conuco, de los gallineros verticales, del glorioso Pol Pot.
Por supuesto que se pueden evitar tan negros presagios, bastaría permitir que el oxígeno, la luz solar ejercieran su efecto renovador y disolvieran las sombras que nos oprimen, ampliar y profundizar la democracia: Hacer obligatorias las primarias y convocarla en breve plazo, eliminar la reelección indefinida, sustituirla por dos periodos de 4 años con reeleción inmediata y cero continuismo, instrumentar la 2da vuelta (el balotaje), decretar una ley de Amnistía, levantar las inhabitaciones y las intervenciones de los partidos, establecer como norma que la contraloría debe estar en manos de la principal fuerza de oposición, reestablecer la libertada de información y comunicación, derogar la ley de odio y de los consejos comunales, crear más municipios. Retomar las alcaldías metropolitanas, impulsar el federalismo y acotar la omnipresencia del estado central, dar independencia al BCV, restablecer los diálogos tripartitos, restituir el equilibrio entre los poderes, retomar el diálogo y…
Salidas hay, la larga sumatoria de errores y fracasos cometidos en estos 25 años existen, y son los propios errores los que nos permiten avizorar que debemos y que no podemos hacer, regresar a la comunidad internacional, la cual tradicionalmente han sido nuestros aliados, permitirá acceder a programas y recurso que posibilitaran que en él mediano plazo nos reencontremos con la senda del progreso, el desarrollo y la reconciliación nacional. Pueden continuar obstinadamente la senda planteada, entonces nos veremos todos en las selvas del Darién o en las casas muertas del pueblo de Ortiz.
Angel Cacique. @angelcacique. caciquecatia@gmail.com. teléfono: 0424-168.53.07.