El gobierno de Nicolás Maduro está permitiendo que algunos de los episodios más oscuros de su régimen se transmitan en las pantallas de cine de toda Venezuela, apostando a que pocos asistirán para verlos.
Por: Bloomberg Línea
El estreno a nivel nacional de Simón, una película que describe la brutal represión de los manifestantes por parte de las fuerzas de seguridad del Estado en 2017, ha desconcertado tanto a críticos como a cinéfilos.
Pero por unos US$15 por la entrada y una pequeña palomita de maíz, el presidente autoritario puede tener razón al suponer que muchos venezolanos no pueden darse el lujo de verlo, dada la profunda crisis económica de la nación sudamericana.
El coronel Antonio Morales, exedecán de Hugo Chávez, ocupó también el cargo de superintendente de las Instituciones del sector bancario (Sudeban), en el que ahora estará Anabel Pereira
“El gobierno ha hecho una apuesta basada en un cálculo político”, dijo en una entrevista Bernardo Rotundo, crítico de cine radicado en Caracas y director de la distribuidora de cine independiente Circuito Gran Cine. “Prefiere dejar que la película se proyecte con poca asistencia en lugar de fomentar el interés del público después de censurarla”.
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