El cónsul honorario de Nicaragua fue detenido en la frontera con Bielorrusia. Está acusado del desvío de 4,5 millones de dólares
El Servicio Federal de Seguridad de Rusia mantiene en prisión preventiva al cónsul honorario de Nicaragua en Rusia, Viktor Trukhin, acusado de desviar fondos del Instituto de Investigación de Vacunas y Sueros de San Petersburgo, hacia el Instituto Latinoamericano de Biotecnología Mechnikov, instalado en Managua, y del cual es socio el Instituto Nicaragüense de Seguridad Social (INSS).
Por Infobae
La investigación que llevó a la cárcel a Trukhin se origina en 2019 cuando las gallinas de la granja avícola Sinyavinskaya, en la región de San Petersburgo, redujeron hasta la mitad su producción de huevos. Pero, vamos por partes, y antes veamos quién es Viktor Trukhin.
Viktor Pavlovich Trukhin, 59 años, era hasta el 5 de septiembre pasado, el director del Instituto de Vacunas y Sueros de San Petersburgo, cargo al que llegó en 2011, y en esa calidad de alto funcionario de investigación médica, llegó a Nicaragua para participar en la instalación del Instituto Latinoamericano de Biotecnología Mechnikov, que funciona en el kilómetro 6 de la Carretera Norte, en Managua. Se convirtió en su director hasta hoy.
El instituto Mechnikov comenzó a gestarse en abril de 2014 cuando las autoridades rusas y nicaragüenses firmaron un memorando para tal fin y el 22 de octubre de 2016 inauguró su planta de vacunas que prometía abastecer a todo Centroamérica.
Para esta planta la Federación Rusa aportó 14.1 millones de dólares, como dueña del 66 por ciento de la farmacéutica, y el INSS puso 7.3 millones para el 44 por ciento restante, según informó la actual vicepresidenta de Nicaragua, Rosario Murillo, en 2016.
Trukhin ideó una jugada para acercarse más a la familia gobernante. En enero de 2017, con el pretexto de celebrar la próxima producción de vacunas en Nicaragua, organizó una babilónica “fiesta rusa” donde el invitado especial fue Laureano Ortega Murillo, hijo del dictador Daniel Ortega y Rosario Murillo.
La fiesta se hizo a lo grande. Según una investigación publicada por el diario La Prensa de Nicaragua, se trajeron desde Rusia más de 50 kilos de comida en contenedores térmicos, incluyendo el exclusivo caviar negro de beluga, que puede llegar a costar hasta 10 mil dólares el kilo.
Para la organización de la fiesta se contrató a una agencia especializada internacional y se distribuyó whisky, tequila y champagne de reconocidas marcas internacionales, finos bocadillos, se trajo a dos tenores rusos, y se decoró con matrioskas (muñecas rusas) gigantes.
“La fiesta realmente fue una idea de Viktor (Trukhin) para acercarse más el entorno político de Nicaragua. No había ninguna razón en particular. Todo fue elaborado solo para hacer un show político con las amistades. Con Laureano (Ortega) celebramos mucho y tomamos mucho vodka durante sus visitas a Rusia para la discusión del proyecto. Él siempre se comportó como un gran amigo con nosotros. Recuerdo que incluso alguien quería que él cantara (en la fiesta), pero en esa ocasión él no cantó, porque estaban cantando los artistas rusos”, declaró a La Prensa Vitalii Granovskii, quien en ese tiempo era gerente de la planta Mechnikov y uno de los invitados a la fiesta que, por lo bajo, costó unos 50 mil dólares.
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