El presidente de Chile, Gabriel Boric, reconoció este miércoles estar “preocupado” por el devenir del segundo proceso constituyente ante la falta de acuerdos al interior del órgano que redacta la nueva propuesta de carta magna y pidió el “mayor consenso posible” para sacar adelante el proceso.
“Yo estoy preocupado del éxito del proceso y no voy a ser quien trabaje por lo contrario”, aseguró Boric en declaraciones a los periodistas.
El Consejo Constitucional, donde la ultraderecha y la derecha tradicional tienen mayoría y ganaron 33 de los 50 escaños, redacta desde julio un borrador de ley fundamental que deberá someterse a plebiscito el próximo 17 de diciembre.
Desde hace algunas semanas, las encuestas señalan que los detractores del texto están aumentando y que una mayoría de los chilenos se inclina por votar en contra, tal y como hicieron hace un año con la primera propuesta de carta magna, elaborada por un órgano de mayoría progresista y que proponía amplios cambios en la institucionalidad.
La semana pasada el Consejo Constitucional aprobó varios artículos que han generado mucha polémica, como “el derecho a la vida de quien está por nacer”, la expulsión inmediata de los migrantes que ingresen por pasos no habilitados y la exención tributaria de la primera vivienda, una medida que beneficia a las personas de mayores ingresos.
Boric, que apoyó el primer borrador constitucional y recibió un duro golpe en el plebiscito de septiembre, dijo este miércoles que la nueva constitución “tiene que reflejar los consensos que tenemos todos los chilenos y no solo un sector”.
El mandatario, contrario al modelo neoliberal que promueve la Constitución actual vigente desde la dictadura militar (1973-1990), hizo un llamamiento a escuchar “las voces que se están levantando apuntando al mayor consenso posible”.
Figuras de distintos sectores políticos, incluidos algunos representantes de la coalición de derecha tradicional Chile Vamos, han pedido en los últimos días al Consejo enmendar el rumbo y redactar un texto que se parezca lo máximo posible a la propuesta elaborada entre marzo y julio por un grupo de expertos designados por el Parlamento.
El ultraderechista Partido Republicano, partidario de mantener la actual Constitución, tiene 22 de los 50 escaños, lo que le da poder de veto de las normas del texto.
El oficialismo, por su parte, tiene 16 escaños, Chile Vamos 11 y además hay un consejero indígena independiente, que suele alinearse con la izquierda.
“Lo que me interesa es que el proceso constituyente esté bien, espero que llegue al más amplio consenso posible. Como he dicho antes, quienes quieran antagonistas en mí no los van a encontrar”, aseguró Boric.
EFE