Un documento confidencial del gobierno ucraniano enviado a sus aliados occidentales reveló que los drones kamikazes iraníes utilizados en los recientes ataques contra ciudades ucranianas contienen componentes europeos.
El documento, de 47 páginas y al que tuvo acceso The Guardian, fue remitido a los gobiernos del G7 en agosto, instando al suministro de misiles de largo alcance para atacar los centros de producción de Rusia, Irán y Siria.
Según el informe, titulado “Muertes por bombardeo: Informe sobre los drones Shahed-136/131?, en los tres meses previos se llevaron a cabo más de 600 incursiones en ciudades utilizando vehículos aéreos no tripulados (UAV) que incorporan tecnología occidental.
El documento detalla que el modelo Shahed-131 contenía 52 componentes eléctricos de empresas occidentales, y el modelo Shahed-136 tenía 57, incluidas piezas de cinco empresas europeas.
“Entre los fabricantes hay empresas con sede en los países de la coalición de sanciones: Estados Unidos, Suiza, Países Bajos, Alemania, Canadá, Japón y Polonia”, afirmaron.
También, el documento sugiere que Irán, a pesar de haber diversificado la producción a través de una fábrica siria, está trasladando ahora la producción de aviones no tripulados a Rusia, en particular a la región de Alabuga.
Según sostienen, el régimen persa está intentando distanciarse del suministro directo de armas a Rusia debido al aumento de la demanda y a la intensidad de su uso en Ucrania.
El informe también propone posibles acciones por parte de los aliados de Ucrania, incluidos ataques con misiles contra plantas de producción de drones en Irán, Siria y un posible emplazamiento en Rusia. Sin embargo, reconoce que estas acciones requerirían la ayuda de los aliados.
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