Alrededor de 1.800 migrantes, principalmente de Venezuela, fueron bajados del tren que los transportaba, situación que los obligó a caminar durante horas para avanzar hacia la frontera con Estados Unidos.
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La caravana de migrantes, en su mayoría compuesta por familias y personas en busca de asilo, llegó a Piedras Negras, una ciudad en el norte de México, después de un arduo viaje desde América del Sur. Su determinación por alcanzar su destino final, Estados Unidos, no ha disminuido por las adversidades en su camino.
Los migrantes que se identificaron como venezolanos compartieron sus experiencias y desafíos con los periodistas presentes. Algunos relataron cómo fueron obligados a abandonar el tren en el que viajaban, lo que los dejó varados en medio de la ruta. Este episodio les impuso la difícil tarea de caminar durante horas.
Además, los migrantes advirtieron que “vienen más en camino”, resaltando la persistente búsqueda de una vida mejor por parte de aquellos que han huido de la crisis económica, política y humanitaria en Venezuela.