Durante los últimos días, grandes grupos de migrantes, en su mayoría de Venezuela, han estado vadeando el río Grande cerca de un puente ferroviario en Eagle Pass, Texas, sin inmutarse por bobinas de alambre de púas colocadas a lo largo de las orillas.
Por Bryan Snyder y Daniel Becerril | Reuters
Reuters fue testigo de migrantes cruzando, a veces docenas a la vez y a veces con niños pequeños, navegando fuertes corrientes para luego abrirse paso a través del alambre afilado colocado por la guardia nacional de Texas. Una vez en suelo estadounidense, esperaron bajo el sol caliente para entregarse a los funcionarios fronterizos de los Estados Unidos para su procesamiento.
Bajo una nueva regla establecida en mayo por la administración del presidente Joe Biden, los migrantes que no han buscado una cita para cruzar en un puerto de entrada legal en una aplicación de teléfono celular administrada por el gobierno conocida como CBP One pueden enfrentar una barra más alta para el asilo y una deportación potencialmente rápida.
El número de migrantes se había desplomado inicialmente después del anuncio, pero en las últimas semanas comenzó a aumentar nuevamente a medida que miles de migrantes, muchos de los cuales huían de Venezuela, que se abrían paso a través de América del Sur y Central comenzaron a llegar a la frontera.
El repunte en las llegadas ha generado una nueva ola de ataques políticos contra Biden, quien se postula para la reelección el próximo año. El expresidente Donald Trump, quien hizo de la política de inmigración de línea dura un elemento central de su mandato, lidera las encuestas republicanas como un probable rival de Biden en 2024.
El gobernador republicano de Texas, Greg Abbott, ha criticado repetidamente a Biden, un demócrata, por no hacer lo suficiente para frenar la inmigración ilegal en la frontera entre Estados Unidos y México, con un número de cruces de migrantes en camino de acercarse a niveles récord en septiembre.
Las autoridades de Texas colocaron enormes boyas flotantes en medio del Río Grande en un intento por disuadir a los migrantes, pero a principios de este mes un juez federal de Estados Unidos ordenó al estado que las trasladara al terraplén. Texas está apelando el fallo.
Abbott dice que las pequeñas ciudades fronterizas se han visto abrumadas y criticó a los agentes de la Patrulla Fronteriza en las redes sociales el 20 de septiembre por cortar el cable instalado por el estado.
“El alambre de concertina y otras estructuras que se han colocado a lo largo de la frontera son para disuadir estos cruces peligrosos e ilegales”, dijo la secretaria de prensa del Departamento de Seguridad Pública de Texas, Ericka Miller.
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