Resultan inverosímiles algunas informaciones que han suministrado las autoridades del gobierno de Nicolás Maduro en torno a los recientes sucesos de la cárcel de Tocorón. Eso de utilizar a once mil funcionarios para tratar de controlar a siete mil reclusos, vale decir, dedicar 1,5 efectivos militares por cada sujeto, es muy poco creíble. Lo del túnel subterráneo que construyeron los reclusos para que se fugaran entre 400 y 500 presos, también es increíble, túnel a una profundidad de 10 metros y casi cinco kilómetros de largo que iba de Tocorón hasta el lago de Valencia. No se puede entender cómo nadie se percato de la construcción de tan largo túnel.
En Tocorón, para el disfrute de los criminales del Tren de Aragua, había una discoteca, un casino, un zoológico, cajeros automáticos, restaurant de lujo, viviendas de dos pisos y depósitos con armas y municiones de guerra. Eso fue lo que se observó en las imágenes que se filtraron y que aparecieron en las redes sociales, que no han sido desmentidas o catalogadas de montajes. ¿De dónde salió todo eso? ¿Acaso tampoco las autoridades del Ministerio de Asuntos Penitenciarios sabían lo que se vivía en Tocorón?
Lo cierto del caso es que este episodio muestra una realidad de la que sabíamos algunos aspectos, como la existencia de un sistema de gobierno y financiero paraestatal propio, porque en el año 2021, en unos de los mensajes que los pranes enviaron y que salió a la luz pública, le dijeron a Nicolás Maduro que allí en Tocorón mandaban ellos, el Tren de Aragua, y que él mandaba en Miraflores.
Este sistema del crimen fue desarrollándose y construyéndose en pasos. Comenzó en nuestro país con la extorsión, secuestro, sicariato, venta de drogas, trágico de personas, prostitución y la explotación minera, para luego ampliarse y convertirse en un sistema internacional del delito, el cual revolucionó al crimen organizado en América Latina, al punto de mostrar sus tentáculos actualmente en Colombia, Ecuador, Perú, Bolivia y Chile.
Un hecho importante que se ha denunciado es que los jefes de la banda fueron presuntamente sacados de Tocorón una semana antes y no hubo mayores hechos violentos, lo que hace presumir que que la salida fue producto de un acuerdo.
Este sistema delictivo que cierra un ciclo de lo que es esa organización criminal, se produce gracias a una estrategia que tienen los grupos delictivos para el establecimiento de sus relaciones con funcionarios del Estado, como son policías, militares, fiscales, jueces, etc., es decir, los que se manejan en este terreno y ellos realizan un trabajo, para que se produzca la evasión, la corrupción, la complicidad, la intimidación, la confrontación en ciertas ocasiones, la cohabitación con un Estado que no garantiza el funcionamiento normal de los Poderes Públicos y que no garantiza en consecuencia los servicios básicos de justicia, lo que provoca la impunidad. Esto permite que estas redes delictivas produzcan sistemas paraestatales y el auge de la delincuencia en todos los niveles de la sociedad venezolana y de su exportación a la sociedad latinoamericana. Venezuela es sin duda un Estado fallido y esto facilita toda esta situación.
Hablamos de uno de los peores dramas que tiene la población venezolana, con un porcentaje bien importante de venezolanos que se han ido al exterior, como fruto precisamente de la inseguridad.
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Dentro de las medidas urgentes que se se han dispuesto en el seno del Comando Páez, para avanzar y estirpar este cáncer que sufre la sociedad venezolana, está en primer término la declaratoria de emergencia de los sistemas de justicia, de investigación criminal y del penitenciario. Como segunda medida, la recuperación del control de los recintos penitenciarios. También priorizar la construcción de internados y penitenciarías adecuadas. Cabe señalar que desde que Nicolás Maduro llegó a Miraflores no ha construido ni hospitales ni centros penitenciarios.
De igual forma y como cuarta acción, la constitución de tribunales provisionales con jueces jubilados de reconocida solvencia moral, para destrabar los nudos judiciales. La revisión exhaustiva de los órganos de investigación auxiliares que apoyen a la fiscalía y, como sexto medida, la designación de una comisión presidencial para un plan estratégico con los otros Poderes Públicos y la cooperación internacional.
La finalidad del plan diseñado por los expertos en esta materia del Comando Paéz, cuyas premisas fundamentales acabamos de exponer, es la creación de las condiciones necesarias para el restablecimiento de un estado de derecho y para ello es indispensable la separación de poderes, que es una raíz de la democracia, con un sistema de justicia independiente, donde impere el ingreso y el ascenso de la carrera judicial, con base en la meritocracia y la probidad.
Como consideraciones finales, podemos decir entonces que cuando él propio Estado perpetra actividades ilícitas, el Estado pierde su esencia, como sucede en la actualidad en nuestro país y un ejemplo es lo sucedido en Tocorón, que es simplemente una muestra del resto de las prisiones de Venezuela.
Cuando hablamos de cierre de ciclo de Tocorón, es que ya tiene una capacidad expansiva no solo a otros países sino en 12 estados que controla este Tren de Aragua. situación que debe impulsar al liderazgo político y social, pero en especial al ciudadano, para crear una conciencia de que solo es posible poner un freno y una progresiva eliminación de los sistemas criminales si hay un cambio político. Y para que haya un cambio político es indispensable que haya un sistema de gobierno de monolítica unidad, como lo concibe el candidato del Comando Páez, Freddy Superlano.
Por eso el Comando Páez y los partidos políticas que lo conforman, como son Voluntad Popular, Bandera Roja, Fuerza Liberal, así como el movimiento del voluntariado Líderes por el Cambio, organizaciones políticas y liderazgos regionales individuales, con un líder con la fuerza y la determinación de Freddy Superlano, tienen elaboradas lo que serán las políticas en el sistema de administración de justicia y del renacer del estado de derecho en Venezuela.
Les aseguro que hay un plan integral y serio para que no existan más cárceles como las de Tocorón. Un plan que pondrá el punto final al desastre de las penitenciarías del país.
Dr. Rafael Veloz García, diputado a la Asamblea Nacional y al Parlasur electo en 2015; expresidente de la Federación Interamericana de Abogados (FIA); miembro de la dirección nacional de Voluntad Popular, VP.