Los transportistas siguen trabajando a pérdida porque el nuevo costo del pasaje, que pasó de siete a 10 bolívares hace dos semanas, no alcanza para cubrir la estructura de costos y hacer un mantenimiento óptimo a las unidades. El ajuste, pese a ser reciente, se ha vuelto sal y agua, debido a la inflación. Los Bs 10, que al momento de oficializarse la medida equivalían 0,30 centavos de dólar, comienzan a depreciarse y ahora representan $0,28, de acuerdo con la tasa del Banco Central de Venezuela (BCV) del 4 de octubre .
Por Roison Figuera / talcualdigital.com
El aumento del pasaje salió en Gaceta Oficial el pasado 19 de septiembre. El documento, que también establece el incremento a cinco bolívares en las operadoras del Estado y un aumento en las tarifas de las rutas suburbanas, ordena la exoneración de los adultos mayores y el subsidio de 50% de la tarifa fijada al sector estudiantil. La última vez que se ajustó el pasaje fue en marzo de este año.
Eladio Peña es conductor de un autobús en Vargas, cubre la ruta La Pedrera-Macuto. Dice a TalCual que el aumento del pasaje «no llega a ningún lado». Detalla que diariamente debe dar al dueño del vehículo que conduce lo equivalente en bolívares a unos $55 o $60. La cuenta permite inferir que si un autobús trabaja cinco días a la semana puede tener un ingreso al mes de entre $1.100 o $1.200. El conductor varguense asegura que el monto es insuficiente.
Por los vientos que soplan pasará lo mismo de siempre con el aumento del pasaje: al cabo de unos meses la inflación se consumirá el poder adquisitivo de los transportistas, mientras que a los ciudadanos cada vez se les hará más cuesta arriba poder pagar los viajes, debido a que no ha habido un aumento de sueldo desde marzo del 2022 y lo que en la actualidad devengan por salario apenas equivale a $3,8.
Pasaje desfasado
En los últimos tres años el sector transporte ha insistido en que el costo del pasaje debería rondar los 0,50 centavos de dólar para poder cubrir «medianamente» los costos operativos. Sin embargo, el Gobierno ha rechazado el planteamiento. Otra de las medidas que ha impulsado el gremio es indexar el pasaje al dólar o al petro y hasta otorgar un bono a los trabajadores para hacer frente al gasto, pero el Ejecutivo también ha hecho caso omiso.
Para José Luis Trocel, secretario general del Comando Intergremial de Transporte, la tarifa del pasaje está desfasada. Alerta que esto torpedea el funcionamiento de todos los eslabones de la cadena de servicio, es decir, complica el trabajo a conductores, colectores, mecánicos y dueños de las unidades. El representante del sector asegura que también afecta la economía del país.
«Una tarifa desfasada se traduce en un sistema de transporte como el que tenemos: vuelto un desastre», dice durante una entrevista telefónica. Advierte que si se sigue pedaleando sobre las mismas medidas erróneas, podría reducirse el número de unidades que está operativa y repetirse escenarios como el del año 2017, cuando la falta de repuestos y los altos costos mermó la disponibilidad de autobuses en el país.
En el caso de los conductores de unidades, además de tener que reunir diariamente para pagar el alquiler del vehículo, también deben procurarse ingresos propios, algo que, en palabras del chofer, no siempre pasa. «Si el carro se daña mucho, eso (el ingreso) se va rápido. Los repuestos suben cada vez más, la gente está prefiriendo caminar porque no tienen para pagar y lo poquito que logras agarrar no te da».
Ante este panorama, Trocel, también presidente del Frente Unido de Transporte del estado Aragua, no descarta que el próximo mes comiencen a presionar al Gobierno por un nuevo ajuste. Informa que el Ejecutivo se comprometió a evaluar cada tres meses las tarifas, pero esta no es una promesa nueva, ya antes las autoridades han dejado esperando a los transportistas y han permitido el cobro desordenado del pasaje en las distintas rutas.
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