Las cenizas del artista colombiano Fernando Botero, fallecido el pasado 15 de septiembre a los 91 años, han llegado a la localidad italiana de Pietrasanta (centro), donde serán despedidas hasta el sábado para luego reposar con las de su esposa, Sophia Vari.
Las exequias comenzaron este jueves con una capilla ardiente que durará dos días y el sábado tendrá lugar su funeral en la iglesia de Pietrasanta a las 10.00 horas locales (08.00 GMT), y durante toda esa jornada será declarado el luto municipal.
Esta pequeña localidad toscana se convirtió en una segunda patria para Botero a lo largo de su vida, una especie de refugio, e incluso en el año 2001 fue laureado con la “Ciudadanía honorífica”.
Pietrasanta cuenta con varias de sus voluptuosas esculturas y donó a su iglesia de la Misericordia dos grandes frescos que representan la “Puerta del Paraíso” y la “Puerta del Infierno” (1993).
Asimismo, en el cementerio del municipio reposa su esposa, la artista griega Sophia Vari, fallecida cuatro meses antes, el pasado mayo.
En la capilla ardiente, en la iglesia de San Antonio Abad, la urna con las cenizas de Botero fue depositada sobre un pedestal con flores blancas y bajo un retrato suyo, a cuyos pies se instaló una composición floral en la que se escribió “Ciao, Maestro” (Adiós, maestro) con las banderas de Italia y Colombia.
El primero en pasar fue el alcalde de la localidad toscana, Alberto Stefano Giovannetti, seguido por sus concejales, además del artista colombiano Gustavo Velez, según un comunicado del consistorio.
“El amor que el maestro Botero y su familia nutrían por Pietrasanta era sincero y genuino (…) La Ciudadanía Honorífica entregada en 2011 fue un acto que, en buena medida, certificó lo que Botero era para nosotros: un convecino”, dijo el regidor.
El funeral del sábado contará con la presencia del alcalde, de la embajadora de Colombia en Italia, Ligia Margarita Quessep Bitar; del cónsul general de Colombia en Roma, Carlos Ivan Castro Sabbagh, y de la hija del artista, Lina Botero, entre otras personalidades.
Al término de las exequias, la urna será llevada en procesión hasta el cementerio, donde quedarán en el área reservada para los ciudadanos ilustres de la localidad. EFE