La etapa que comienza una vez proclamada la candidata María Corina como vencedora de la contienda electoral de la Primaria opositora ha mostrado el desespero del madurismo que con poca imaginación por los resultados se vuelven predecibles y carentes de argumentos, cantan fraude y utilizan el poder parcializado de las instituciones del estado para amenazar judicialmente a los miembros de la Comisión de Primarias y a los integrantes de las juntas regionales, es una respuesta tardía que no tiene apoyo ni siquiera en las bases del madurismo, por supuesto que son capaces de cualquier cosa, eso nadie lo duda, pero cada acción inconstitucional, arbitraria y autoritaria que se decidan a ejecutar tiene un costo político para Maduro y quienes lo acompañen en esas decisiones que son percibidas como pancadas de ahogado porque el liderazgo que tiene en este momento María Corina está sumando apoyos en el mundo democrático, incluso más que el que tuvo en su momento Guaidó, que si bien fueron importantes por las condiciones en que se produjo el interinato, no alcanzó el objetivo de concretar una elección como si la tiene María Corina para 2024 a pesar que el madurismo insiste en una inhabilitación que no existe apoyados por algunos náufragos de la vieja coalición opositora.
La vehemencia con la que apoyan la relajación de las sanciones y hablan de la normalización de la economía y la política es para minimizar el rotundo triunfo de María Corina, si bien le sirve a Maduro para mantener vivo el alacranato, en la medida que transcurre el tiempo son cada vez más patéticos, como pudimos observar en la reunión de los gobernadores “opositores” con Maduro en Miraflores.
Lo cierto es que el madurismo todavía no se repone del éxito de la Primaria y lo que viene depende de como juegue María Corina sus piezas para consolidarse en el centro del tablero nacional tomando ventaja a la ofensiva, esto significa organizar un equipo de venezolanos que respondan por el programa Tierra de Gracia que recoge la propuesta de un gobierno de cambio para abordar simultáneamente lo urgente y lo importante que hay que desarrollar para superar esta edad oscura de la república.
Este posicionamiento del programa de gobierno con rostros reconocibles que lo expliquen, divulguen y lo conviertan de propuesta en esperanza creíble, convierte el liderazgo de María en un sentimiento blindado a inhabilitaciones y cualquier invento que intenten para perjudicar su imagen o su integridad.
El compromiso de María Corina con Venezuela se ha ido entendiendo mejor a partir de su consigna coreada por multitudes en toda Venezuela, hay varias lecturas de “Hasta el final”, pero una de ellas que no es del ámbito político propiamente puede ayudar a entender la penetración en la psiquis colectiva de ese mensaje.
Todas las interpretaciones políticas son correctas, hasta el final significa que su compromiso es conducirnos bajo su liderazgo a un desenlace, un final y un nuevo comienzo, ¿pero porqué le creemos? en el pasado hubo lideres opositores que movieron al país, pero lamentablemente fueron devorados por la estrategia del madurismo y sus condiciones electorales ventajistas, sus coaliciones estaban a diferencia de la coalición actual en formación, hechas a la medida del sastre de Miraflores, ahora ocurre que Maduro no diseña para señoras y no encuentra como sacudirse a la incomoda María Corina, para explicar este hecho inédito de la política venezolana tenemos que regresar al significado emocional del “Hasta el final” y conectarlo con uno de los sacramentos de la religión católica que no es asumido igualitariamente en el imaginario colectivo, en el sacramento del matrimonio cuando el sacerdote explica a los novios el compromiso de fidelidad mutua que deben profesarse ¿cuál de los dos lo practica y lo respeta más, el hombre o la mujer? No quiero especular con estadísticas que desconozco, pero “Hasta el final” es el compromiso sacramental de una mujer con un país que ha sufrido demasiadas infidelidades y eso es lo que emociona a una sociedad cansada de tanto engaño y convierte a María Corina en algo más profundo que una candidata, no lo puedo asegurar pero es posible que María Corina se esté convirtiendo en un sentimiento nacional que responde con una línea de actuación política intachable en un país en donde se ha envilecido el ejercicio de la política.
Así que el reto de la nueva coalición es no engañar de nuevo y defraudar la esperanza de los venezolanos, de la fidelidad de los actos, propuestas y programa depende que Tierra de Gracia se convierta en lo que aspiramos la mayoría descontenta, que no soporta un cacho más de nadie.