Oleksí Arestóvich, mediático y controvertido exasesor del presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, anunció este miércoles que tiene intención de presentarse como candidato en las próximas elecciones presidenciales, previstas para el año que viene pero cuya celebración está en entredicho por la guerra.
“Sí, me nominaré”, afirmó en una entrevista con la agencia Interfax en la que señaló que sus propuestas para reformas políticas, económicas, sociales y militares, publicadas hoy en sus redes sociales, constituyen una suerte de programa electoral.
“Lo completarán expertos. Lo publiqué para abrir un debate. Las objeciones, opiniones, consejos y críticas son bienvenidos”, señaló Arestóvich.
Tremendamente popular e influyente al inicio de la guerra, su credibilidad se fue desgastando a medida que no se cumplían algunos de sus pronósticos, como que la guerra iba a terminar pronto, pero su carisma lo convirtió, según las encuestas del momento, en la personalidad más apreciada por los ucranianos después del presidente Zelenski.
Arestóvich se vio forzado a renunciar al papel de asesor en enero, tras afirmar que el misil que mató a 45 personas en la ciudad de Dnipró había impactado en el edificio tras ser interceptado por las defensas aéreas ucranianas.
Liberado de su misión oficial, se ha convertido en una de las figuras públicas más críticas con la labor de Zelenski y sigue desplegando una intensa actividad en redes sociales y en numerosos programas de entrevistas en YouTube, donde tiene más de 1,7 millones de abonados.
Uno de sus reproches más contundentes a la administración de Zelenski lo escribió este mes en su cuenta de Facebook, donde afeó haber dedicado tantos esfuerzos a defender Bajmut y a intentar recapturarlo tras su caída en vez de destinar esas tropas a romper las líneas de defensa en el sur.
En su mensaje también criticaba los supuestos fracasos de la administración de Zelenski a la hora de luchar contra la corrupción, y le recriminaba, en una clara alusión al distanciamiento de Polonia, haber “destruido las relaciones con nuestros vecinos más cercanos”.
Según la constitución ucraniana, las próximas elecciones presidenciales deberían celebrarse el 31 de marzo de 2024, pero, al mismo tiempo, la ley no permite la celebración de comicios bajo la ley marcial, por lo que es posible que sean pospuestas.
EFE