El referéndum que el gobierno Maduro ha decidido convocar sobre la reclamación del Esequibo no solo es inútil, sino dañino para los intereses de Venezuela. De las cinco preguntas que se presentan al electorado, dos son absolutamente intrascendentes y son equivalentes a la pregunta: “¿Quiere Usted a su Mamá? En la pregunta en la cual se le pide al pueblo si apoya al Acuerdo de Ginebra de 1966, como único instrumento para resolver la controversia, al régimen se le olvida mencionar que estamos en el proceso de la Corte Internacional de Justicia (CIJ), porque dos Secretarios Generales de la ONU, el último “buen oficiante-mediador” y la propia CIJ, interpretaron el Acuerdo de Ginebra de forma tal que el Secretario General de la ONU tenía la competencia de llevar el caso ante la CIJ. Dónde se pregunta si se está de acuerdo en no reconocer la jurisdicción de la CIJ para resolver la controversia, hay una clara intención de utilizar la probable respuesta afirmativa para salirse del proceso iniciado en la CIJ, en el cual Venezuela ya ha aceptado la jurisdicción de la Corte, al participar en el mismo. En el régimen se está fortaleciendo el sector que sostiene que hay que asumir una “narrativa” ideológica “antiimperialista” y acusar al gobierno de Guyana y a la propia CIJ de ser títeres de la EXXON. Olvidando, “curiosamente”, que los socios de la EXXON en Guyana, son la Compañía petrolera estatal china (CNOOC) y la CHEVRON, que opera en Venezuela. Esta posición es de una extrema irresponsabilidad, además de poco seria. La Corte, con o sin la presencia de Venezuela, seguiría el proceso y en unos pocos años dictaría su sentencia que es de obligatorio cumplimiento e inapelable. Además, no hay que olvidar que, después de la decisión sobre el Laudo de 1899 y la definición de la frontera terrestre es muy probable que la CIJ tendrá que intervenir también en la delimitación de las áreas marinas y submarinas. En la última pregunta, se plantea la posibilidad de crear un nuevo estado venezolano, en el territorio en disputa, incorporándolo al mapa de Venezuela y de preparar un plan acelerado para otorgarle la ciudadanía y todos los “servicios” del Estado venezolano a los esequibanos. Esta es una pregunta irreal, que además le ha dado base para que Guyana y todos los países del CARICOM denuncien ante la comunidad internacional que Venezuela tiene la intención de ocupar militarmente la región. Es irreal, entre otras cosas, porque es ridículo pensar que los esequibanos, que viven en la economía de mayor crecimiento mundial, puedan estar interesados en la ciudadanía de un país en pleno desastre socioeconómico y del cual han emigrado, en pocos años, más de 7 millones de habitantes, 35.000 de los cuales a la propia Guyana. Para colmo, la Cancillería después de convocar este referéndum, en un comunicado oficial muy poco serio, después de afirmar que el gobierno guyanés es títere de la EXXON y del Comando Sur de los EEUU, le pide a ese mismo gobierno que se siente a negociar bilateralmente.
En mi opinión, el referéndum es una maniobra para distraer la atención pública del enorme fracaso socioeconómico, en vista de las anunciadas elecciones del 2024, enarbolando la bandera nacionalista. Además, también se trata de hacer olvidar el manejo irresponsable y muy poco profesional de la controversia, durante estas dos décadas, que nos ha llevado a la CIJ, el escenario preferido por Guyana desde 1966. Ahora, lo responsable es prepararnos con el apoyo de los mejores expertos nacionales e internacionales, para defender en la CIJ, nuestra posición de que el laudo de 1899 es nulo. ¿Se está haciendo?