Los representantes (¿?) de la oposición democrática, salieron de las jornadas de Barbados, celebradas el pasado 17 de octubre como aquella estampa del viejo bodeguero: Famélico, con un fajo de facturas impagas en la mano y en la casi ruina, a causa de sus negligentes ventas a plazos. “Hoy no fío, mañana sí” decían, en otro tiempo, los bodegueros prudentes.
Los enviados de la satrapía que desgobierna Venezuela, por el contrario, abandonaron esas mismas jornadas, envalentonados, frotándose las manos -o sus chequeras- alardeando que sus capos impedirán que los candidatos de la disidencia inhabilitados varios meses atrás -sobre todo, María Corina Machado- se postulen para las Presidenciales de 2024.
Reza el ordinal 11º, capítulo Tercero del “Acuerdo Parcial sobre la Promoción de Derechos Políticos y Garantías Electorales para Todos”, suscrito en la mencionada isla: “Se promoverá la autorización a todos los candidatos presidenciales y partidos políticos siempre que cumplan con los requisitos establecidos para participar en la elección presidencial, consistentes con los procedimientos establecidos en la ley venezolana; asimismo conforme a los principios de celeridad, eficiencia y eficacia recogidos en la Constitución”.
Echémosle, en segundo término, un vistazo al levantamiento parcial, por seis meses, prorrogables semestralmente, de las sanciones que desde el 17 de agosto de 2017 le impuso al desgobierno gamberro, de Nicolás Maduro, la Oficina de Control de Activos Extranjeros, OFAC, sus siglas en inglés, de la Tesorería de EE. UU.. El boletín de prensa de la propia OFAC, emitido a las 24 horas de la firma de tales convenios expresa, a la letra: “En respuesta a la firma de un acuerdo de hoja de ruta electoral entre la Plataforma Unitaria de Venezuela y representantes de Maduro, y en apoyo al pueblo venezolano, la OFAC emitió hoy cuatro Licencias Generales suspendiendo sanciones selectas” (…) “El Tesoro está preparado para modificar o revocar autorizaciones en cualquier momento, en caso de que los representantes de Maduro no cumplan con sus compromisos”.
¿Quiénes levantarían, si fuere el caso, las polémicas inhabilitaciones de los candidatos presidenciales opositores? ¿El Consejo Nacional Electoral, apéndice del gobierno forajido, ahora presidido por el mismísimo Elvis Amososo, quien como Contralor impuso esas inhabilitaciones o el Poder Judicial, sumiso a las órdenes de quienes usurpan el Poder en el Palacio de Miraflores? No hay que ser muy zahorí, para concluir que con semejantes autoridades a cargo de ejecutarlo, el transcrito ordinal 11º, acápite tercero es letra muerta o medio muerta.
En cuanto a la OFAC, es evidente, conforme al transcrito boletín de prensa, que el levantamiento total o parcial de las sanciones que tanto incomodan al gobierno usurpador de Venezuela, ha dependido y seguirá dependiendo del criterio unilateral de la citada oficina del gobierno de EE. UU., al que le tendríamos que agradecer, que continúe privilegiando, los anhelos democráticos del Pueblo de Venezuela, en lugar de los intereses crematísticos del Tío Sam incluida su legendaria voracidad por los barriles de petróleo exacerbada en la actualidad, por dos muy serios enfrentamientos bélicos.
Hubiésemos preferido, que cualquier concesión al desgobierno paria se hubiese regido por el viejo y noble “dando y dando” o el “do ut des” del Derecho Romano. A saber: “ Señor desgobierno paria, yo, OFAC, le levanto en este acto algunas de las sanciones, porque usted, desgobierno paria, que tiene récord mundial absoluto, de mentir, de deshonrar sus compromisos, de jurar, para después asesinar, torturar, secuestrar, pecular, traficar ¿Regenerarse usted? ¡Qué va, oh! Me acaba de presentar la constancia sellada, firmada y en presencia de testigos que ha desactivado las espurias inhabilitaciones políticas y solo así se le puede creer”.
Pero la recelosa OFAC, muy crédula en el caso que nos ocupa, suspendió parte de las citadas sanciones, sin el previo o al menos simultáneo levantamiento de las -inconstitucionales, ilegales, violatorias de los Tratados y precedentes internacionales- inhabilitaciones políticas. “Guerra avisada no mata soldados”, reza el conocido tópico. La aludida negativa de levantar las inhabilitaciones y la promesa de perseguir a los organizadores de la Primaria, pese a haber sido más que avisadas por sus perpetradores, ha matado o cuasimatado, los acuerdos de Barbados. Toca a los demócratas venezolanos hacer lo necesario para resucitarlos o sacarlos de la sala de cuidados intensivos.
Dada la consolidación de un nuevo liderazgo opositor, después de la elección primaria del pasado 27 de octubre y dada la relación de hechos que precede, urge la reestructuración, de la llamada “Plataforma Unitaria Democrática” que pretende aglutinar toda la disidencia al desgobierno zafio, incluida la reestructuración, de la comisión que negoció los hasta hoy maltrechos, acuerdos del 17 del mes en curso.
@omarestacio