La pompa y el glamour de la mansión Playboy hicieron que el mundo entero estuviera ansioso por tener un vistazo de cómo era la vida en su interior en su apogeo, y los involucrados parecían vivir una vida lujosa de primer nivel.
Por Mirror
Una de esas modelos de Playboy fue Jessica Landon. Desde fuera, parecía llevar un estilo de vida bastante lujoso. Como estrella de Playboy, la joven de 26 años se convirtió en una de las modelos más grandes y demandadas , mientras estaba de fiesta con Hugh Hefner en la Mansión Playboy.
Sin embargo, había estado ocultando una adicción al alcohol paralizante desde que tenía poco más de veinte años. A medida que su carrera en Playboy se disparaba, su salud se salió de control y sufrió horribles lesiones y problemas de salud como resultado de su enfermedad. Jessica finalmente volvió a estar sobria en 2014, después de una serie de reveses desgarradores.
Cuando tenía 26 años, la ex modelo bebía vodka las 24 horas del día y había sufrido terribles lesiones y problemas de salud como resultado de su adicción. Después de mudarse al ático de una amiga, un día Jessica tropezó con la barandilla de la escalera, aterrizó de cabeza y sufrió una hemorragia cerebral del tamaño de una pelota de béisbol. Intentó volver a estar sobria, pero unos meses después sufrió una recaída desgarradora y admite que bebió vodka todo el día, todos los días, durante un mes. Los órganos de Jessica comenzaron a fallar mientras yacía, inmóvil en el mismo lugar, entre su propia porquería.
Horriblemente, la enorme cantidad de licor que bebía las 24 horas del día convirtió su propia orina en ácido, que comenzó a comerse su propia piel. Jessica cree que su descenso hacia la adicción se debió a que ella dijo que una niñera abusó sexualmente de ella cuando solo tenía cinco años. Explicó cómo su problema se apoderó de su vida y cómo ocultó su enfermedad a quienes la rodeaban. Anteriormente reveló: “Yo era una bebedora ‘en secreto’ (a veces literalmente) desde el principio, rara vez bebía en público o en fiestas, sino más bien subrepticiamente. El licor era la medicación mágica que había estado buscando, lo único que podía aliviarme de mi ansiedad/pánico y vergüenza que sentía por dentro”.
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