Los piquetes de la Guardia Nacional Bolivariana (GNB) y de la Policía Nacional Bolivariana (PNB) daban la señal de que estábamos a pocos metros del Internado Judicial de Ciudad Bolívar, conocido como Vista Hermosa, al sur del país.
Por Pableysa Ostos/Corresponsalía lapatilla.com
A sus alrededores había mujeres y hombres, familiares de algunos de los 1.228 privados de libertad que estaban en el penal.
La angustia y la desesperación se sentía en el ambiente. Las horas pasaban y se incrementaba esa zozobra de no saber a dónde serían trasladados sus familiares.
“Desde hace días ya se rumoreaba la ejecución de la Operación de Liberación Cacique Guaicaipuro”, señaló una de las mujeres que estaba a las afueras del penal.
La operación tiene como objetivo “desmantelar y desarticular las bandas delictivas que operan en los centros penitenciarios”, y ya se había ejecutado en cuatro cárceles del país: en el Centro Penitenciario de Aragua, conocido como Tocorón, en el estado Aragua; la Penitenciaria Gran Cacique Guaicaipuro conocido como Tocuyito, en el estado Carabobo; el penal José Antonio Anzoátegui, conocido como Puente Ayala, en el estado Anzoátegui; y el Internado Judicial de Maturín, mejor conocido como La Pica, estado Monagas.
Ahora le tocó el turno al Internado Judicial Ciudad Bolívar. El despliegue inició en horas de la tarde del domingo 5 de noviembre. “A las 5:00 de la mañana, ellos (los funcionarios) se empezaron a organizar afuera y a las 6:00 de la mañana entraron tras abrir un boquete por una de las pareces del estadio. Todo se dio con tranquilidad, porque los presos colaboraron en todo momento”, dijo una de las personas que vio todo el procedimiento.
Detallaron que no hubo agresión de ningún tipo mientras sacaba a las personas que estaban de visita y a los reclusos.
Pranes en libertad
En el caso de Vista Hermosa, el penal era controlado Wilkins Rafael Romero Maluenga, apodado “Wilkins”; Giovanny Navas, alias “Pan”; y Edicson González, alias “Chichi”. Según lo señalado por los familiares de otros presos, estos habían dejado el recinto penitenciario desde hacía un mes.
Los hombres hace tiempo que habían cumplido sus condenas, pero permanecían dentro de Vista Hermosa “para seguir con el control y según por la misma seguridad de ellos”.
Tras la salida de los pranes, quedaron dos lugartenientes de ellos con el “control” del penal: “Chucky” y “Membra”, quienes seguían recibiendo órdenes y riéndoles cuentas a sus “jefes”.
“Hace rato que habían sacado armas y todo lo que ellos tenían. Lo poco que incautaron era lo que les habían dejado a los lugartenientes y luceros para mantener el control”, señaló otra de las mujeres que estaba afuera del penal.
Entre lo incautado, según una fuente oficial que fue parte del operativo estaban 43 armas cortas, 2 escopetas, 5 subametralladoras, una granada fragmentaria y 10 lacrimógenas, 89 cargadores de armas de fuego y una lanza granada.
Se supo que 26 reclusos, presuntamente pertenecientes a la banda de “Wilkins”, fueron traslados a la División de Investigación Penal de la PNB, ubicada en la avenida Paseo Simón Bolívar. Mientras que el resto de la población penal fue llevada a distintos centros de reclusión del país.
Quemaron todo
“Anoche los presos empezaron a quemar todo. Los celulares, los televisores, los aires acondicionados, etc. Nada de eso entró por arte de magia, todo eso pasó por autorización de los mismos guardias, pero como eso es mentira que iban a dejar que se lo llevaran ellos, previeron quemar todo antes que se los robaran”, señaló otra de las parientes.
En uno de los videos publicados a través de la cuenta X del Ministerio del Poder Popular para Relaciones Interiores, Justicia y Paz, se ve que durante el recorrido del ministro A/J Remigio Ceballos Ichaso, pasó por uno de esos montones quemados de artefactos.
“Hasta los cochinos mataron, para comernos todo eso. Lo único que quedó allá dentro fueron los gallos de pelea, que cada uno cuesta como unos 100 dólares”, sumó una de las parientes.
El centro penitenciario contaba con piscina, discoteca, estadio y otras infraestructuras, “pero la discoteca y la piscina, por ejemplo, eran solo para el uso de los pranes y su gente. El resto solo eran sus chichos, los cuales usaban para limpiar esas áreas y ya”.
Vivir dentro de la cárcel
A las afueras de la cárcel estaba un grupo de mujeres, entre ellas una con una licra negra y blanco, y una chemise rojo. Consigo tenía unas pocas pertenencias. Su fe estaba puesta en que tras el operativo, su esposo pudiera irse a casa con ella y así regresar al estado Monagas (de donde son ellos) después de 7 años.
Esa mujer estuvo viviendo junto a su esposo (encarcelado en Vista Hermosa) durante 7 años. “Él primero estuvo en La Pica y de allá lo enviaron para acá. Su condena es por 10 años, pero ya ha cumplido 8 años y un poquito más”.
“A mí se me hacía muy difícil y costoso estar viajando de Monagas para acá, y viceversa. Así que me mudé con él. Viví 7 años con él dentro de la cárcel, y de verdad te digo, que todo estuvo bien. Sin problemas”, resaltó la mujer.
Admiten que la “causa” (dinero que pagaban a los pranes) variaba, ya que los que estaba en el área de régimen penitenciario, uniformados de amarillo, cancelaban 550 bolívares (lo equivalente a unos 15,6 dólares) y los que estaban fuera de régimen, vestían de civil, cancelaban unos 650 bolívares (casi 20 dólares).
“También se pagaban 100 bolos más, que si de colaboración, bingo, mantenimiento, que si el wifi y todo eso, porque ellos se beneficiaban de todo eso, hasta nosotros, las familias”.
“El penal estaba dividido en dos: los que sí estaban o eran parte del regimiento penitenciario, y los malandrines, que vestían de civil. Igual, los pranes mandaba a ambos. La causa se cancelaba todos los lunes. Iban llamándolos a un galpón para que fueran cancelando. Ese proceso empezaba a las 9:00 de la mañana y podría terminar pasadas las 8:00 de la noche. Durante ese tiempo del cobro de la causa, ninguna visita podía salir de las habitaciones. Uno tenía que meter su tobo para hacer sus necesidades y la comida, porque durante ese tiempo no se podía salir al baño y mucho menos salir a cocinar o comer”, relató la esposa de un hombre detenido desde hace más de 6 años por homicidio.
Admite que escuchaba los disparos a la hora de cobrar la causa. “Al salir es que uno los veía con sus heridas. Muchas veces, los disparos iban a las piernas, y otros a las manos. Este último caso pasaba por si agarrabas algo que no era tuyo”.
“A mí me operaron y yo estuve dentro del penal pasando todo mi reposo y recuperación. Mi esposo me cuido mejor que mi propia familia y hasta sus compañeros estaban pendientes de mi comida, medicamentos, etc.”, sumó.
Otra mujer señaló que ella se trasladaba desde el estado Trujillo para poder ver a su familiar.
Ante la pregunta de si tenía a su familiar enfermo de gravedad, respondió que sí, y detalló: “Él tiene la vena aorta del corazón con problemas. Tiene una patología. Él no ha recibido atención médica. Le mandaron a hacer unos exámenes cuando los trasladaron. Él tiene su informe médico de especialistas, porque los han subido”.
El régimen y su control total
En un video publicado en X, el ministro Ceballos expresó que “lo que aquí se vio, de lo que aquí funcionaba, un centro de extorsión, centro de extorsión para todo el país. Hemos desmantelado completamente y apalancado en la gran misión cuadrante de paz, apalancado en el plan de reimpulso del sistema penitenciario”.
“Tenemos todos los privados de libertad seguros para continuar su traslado a orden del Ministerio Penitenciario a otros centros del país. Ya con la toma de este centro, hemos garantizado la toma de los centros más poblados que tenían en Venezuela. Es decir, hemos avanzado en un 99,9% de la toma completa de todos los centros para que entren en el reimpulso penitenciario”, afirmó el ministro.
Intervención avisada
Otra de las entrevistadas se trasladaba desde Guárico hasta Vista Hermosa para ver a su hijo, quien tenía 7 años en ese centro penitenciario.
“Todo es muy difícil, demasiado difícil. Demasiado difícil, porque yo soy de lejos, y entonces tengo que estar a cada rato pagando y viniendo, y estas cosas. Entonces no puedo. Lo que no quiero es que trasladen a mi hijo tan lejos por ahí, porque yo soy de Guárico. Entonces que lo pasen para allá, que me quede más cerca. Yo venía mes a mes. Yo no habló con él desde el miércoles”, sumó la mamá del privado de libertad.
Otra reveló que todo lo que tenía su esposo en el negocio, lo sacaron desde la semana pasada. “Mi esposo tenía un negocio dentro de la cárcel. Como ya se rumoraba que venía ese plan, yo saqué todo y lo moví hasta nuestra casa. Porque no le íbamos a estar dejando nada a los funcionarios”.
La toma del penal se hizo en “paz”, no hubo detonaciones y desde afuera lo que se vio fue una humareda que, según los familiares, se debía a la quema de los colchones ejecutada por los funcionarios. Se conoció que los centros penitenciarios adonde los reclusos serían trasladados están en Barcelona y Miranda.