Los incendios en el Pantanal brasileño, el mayor humedal del mundo, se han disparado en noviembre hasta alcanzar los 2.660 focos en lo que va de mes, en medio de una intensa ola de calor que ha batido récords de temperaturas.
La cifra registrada en tan solo las dos primeras semanas de noviembre ya supera en un 37 % los focos registrados de enero a octubre de este año, cuando se reportaron 1.933 incendios, según datos satelitales del Instituto Nacional de Investigaciones Espaciales (INPE, por sus siglas en portugués).
El salto es aún más significativo si se compara con el mismo periodo del año pasado, momento en que hubo apenas 57 focos en el Pantanal, declarado Patrimonio de la Humanidad y Reserva de la Biosfera por Naciones Unidas por su alto valor ecológico.
La multiplicación de los incendios en este vasto territorio de 210.000 kilómetros cuadrados amenaza una biodiversidad que se calcula en 3.500 especies de plantas, 463 de aves y 124 de mamíferos, entre ellos el jaguar.
El Gobierno de Brasil anunció el domingo pasado que iba a reforzar los equipos de combate a los incendios, con más bomberos y aeronaves, en una región afectada tanto por altas temperaturas que superan los 40º grados Celsius como por la tala ilegal.
Mato Grosso, uno de los dos estados en que se ubica el Pantanal, es una de las regiones donde más ha crecido la deforestación en el último año, un 9 % entre agosto de 2022 y julio de este año.
El Pantanal no es la única zona golpeada por los incendios; la Amazonía vive su peor sequía en décadas, lo que ha llevado a todos los municipios del estado de Amazonas a declarar una emergencia medioambiental.
En lo que va de mes se han registrado 7.727 focos en el mayor bosque tropical del planeta, que se suman a los 80.000 incendios desde principios de año.
Detrás del calor extremo que azota Brasil, hay un fenómeno meteorológico recurrente conocido como El Niño, que provoca un calentamiento del Océano Pacífico, así como una caída de precipitaciones y un aumento de las temperaturas en el norte y en el centro del país.
El calentamiento de las aguas del Océano Atlántico que se viene registrando en los últimos años como consecuencia del cambio climático ha agravado el impacto de El Niño.
EFE