A lo Steve Jobs, Sam Altman es misteriosamente despedido de su propia empresa, OpenAI

A lo Steve Jobs, Sam Altman es misteriosamente despedido de su propia empresa, OpenAI

Sam Altman, el pasado jueves en una conferencia en San Francisco. CARLOS BARRIA (REUTERS)

 

 

La inteligencia artificial lleva un año deslumbrando al mundo, pero no tiene respuesta para todo. Por ejemplo, no sabe por qué el consejo de OpenAI, la empresa creadora de ChatGPT, ha despedido a Sam Altman, su consejero delegado hasta este viernes. “En mi última actualización de conocimientos, en enero de 2022, no había ninguna información que indicara que Sam Altman hubiera sido despedido de ningún puesto destacado”, contestaba este sábado ChatGPT. La popular herramienta no es la única sin respuesta. El despido fulminante por videoconferencia de Altman, que se había convertido en una especie de embajador global de la inteligencia artificial, ha sido extraño, por las formas y por la falta de una explicación clara. Todo Silicon Valley se pregunta qué ha pasado.





Por El País

Altman recibió un mensaje de texto el jueves por la noche en San Francisco. Había sido un día largo e intenso. Había participado en una mesa redonda en la reunión de consejeros delegados que se celebraba como parte de la Cumbre Económica de Asia Pacífico (APEC). Nada en su intervención podía hacer pensar en su salida de OpenAI. Sostuvo que la inteligencia artificial “será la tecnología más transformadora y beneficiosa que la humanidad haya inventado hasta ahora” y que no necesitará una regulación fuerte “durante las próximas dos generaciones”. “Estoy muy emocionado. No puedo imaginar nada más emocionante en lo que trabajar”, señaló.

El mensaje de texto que Altman recibió la noche del jueves en su móvil era de Ilya Sutskever, científico jefe de OpenAI. Le citaba a una reunión por videoconferencia a mediodía del viernes, hora de San Francisco. Aunque la firma está en la esfera de Microsoft, la herramienta a utilizar no fue Teams, sino Google Meet. Al conectarse, estaba todo el consejo de OpenAI con la excepción de su presidente, Greg Brockman. Allí estaban Sutskever; y los tres consejeros independientes: Adam D’Angelo, jefe de Quora, Tasha McCauley, emprendedora tecnológica y Helen Toner, directora del Georgetown Center for Security and Emerging Technology.

La reunión fue corta. A Altman le comunicaron que estaba despedido y que la noticia se haría pública enseguida, según ha relatado Brockman, que ha señalado que el siguiente en ser citado fue él mismo. Sutskever le envió un mensaje a las 12.19, hora de San Francisco (21.19 en la España peninsular) para ver si podía tener una llamada rápida. A las 12.23 le envió un enlace para conectarse a la videoconferencia, también por Google Meet. En ese momento le comunicaron que estaba despedido como presidente y miembro del consejo, pero no como empleado, pues se le consideraba vital.

Inmediatamente después, OpenAI publicaba el anuncio de los despidos en su página web. A las 12.28 lo tuiteaba. En menos de media hora y por videollamada, el consejo había despedido a dos de los fundadores. Los empleados de la compañía no estaban al tanto, con la excepción de Mira Murati, de 34 años, nacida en Albania y educada en Canadá, la jefa tecnológica de OpenAI elegida para sustituir de forma provisional a Altman.

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