Gerardo Lucas: Venezuela, ¿un narco estado?

Gerardo Lucas: Venezuela, ¿un narco estado?

Desde hace varios años Venezuela ha sido clasificada como un narco estado. Esta es una verdad aceptada. Sin embargo, en la actualidad, ¿Cuáles son las evidencias que sostienen esta aseveración? ¿Cuánto hay de verdad y cuánto de narrativa? 

Se consideran narco estados a aquellos países cuyo gobierno ha sido penetrado y controlado por traficantes de drogas. El primer estado calificado así fue Bolivia en los años ochenta, otros que también ostentaron esa denominación fueron: Panamá, Honduras, México y Siria, el más connotado en la actualidad. 

Venezuela fue catalogada de tal, en el 2010, cuando representaba el 10% de los embarques intervenidos con destino a Estados Unidos, cinco años después de la expulsión de la Administración para el control de Drogas (DEA, por sus siglas en inglés) de Venezuela, por parte de Hugo Chávez. Luego vino  el Cartel de los Soles, la sanción a Tareck el Aissami en 2017 y su conexión con Siria, las acusaciones contra el gobierno de Maduro, e incidentes como el de los narcos sobrinos.

Informaciones tan recientes, como las que se han dado a conocer este mes, abonan más sobre esta narrativa. Se trata, de una revelación hecha por Moisés Naím en su programa Efecto Naím en YouTube, en una entrega titulada ¿Venezuela cuarto productor mundial de cocaína?, donde expone lo afirmado por Isight Crime, quienes sostienen que el país está a punto de sumarse como el cuarto productor, y califica a esta como una revolución de la cocaína. Tal afirmación la sustenta con evidencias ciertas; las plantaciones de coca que se han encontrado en la zona limítrofe entre el Zulia y la Guajira, y otras en los llanos de Apure. Sumado a lo cual, está la noticia publicada en el Miami Herald  esta semana en primera plana, obtenida a partir de una fuga de información (leaks), que demuestra como Maduro ha convertido a Venezuela en un narco estado, proporcionando cifras de 250 a 350 toneladas de tráfico con un valor de 6,25 a 8,75 mil millones de dólares al año.

Al investigar los fundamentos de estas apreciaciones, me han surgido serias dudas acerca de su veracidad por las razones que veremos enseguida.

En el Global Report of Cocaine de la UNDC, de la Naciones Unidas, publicado en 2023, en sus 184 páginas, apenas nombra a Venezuela en cuatro ocasiones, y en informaciones marginales, sobre salida de vuelos clandestinos a Guatemala, Honduras y Belice, por el Clan del Golfo, que tienen que ver con las Autodefensas Gaitanistas de Colombia que operan en la zona del Arauca y Catatumbo; envíos de la Guajira hacia Centro América y el Caribe. Surge la pregunta, si Venezuela se destacara como narco estado, en la actualidad, ¿no debería recibir mayor atención?

La Oficina de la Política Nacional para el Control de las Drogas de la Casa Blanca (ONDCP, por sus siglas en inglés) en los estimados de producción para la Región Andina, arrojó los siguientes datos: Colombia se sitúa como el principal productor con 1000 toneladas en 2020, un incremento constante y sustancial de las 279 toneladas en el 2013. Perú con 800 toneladas en 2020, comparadas con las 445  en 2013. Bolivia 312 toneladas en el 2020, comparado con 188 en el 2013. En total, la Región Andina produce unas 2000 toneladas en el 2020, el doble de la producción de 2013. Está claro que el negocio ha prosperado y que el esfuerzo de erradicación de cultivos fracasó. Si en los últimos 10 años se ha duplicado la producción de coca en los estados Andinos, y las cifras de tráfico por Venezuela no se han duplicado, y en las capturas a Estados Unidos ya no aparecen, significa que ¿la importancia relativa de Venezuela como país tránsito ha disminuido?

En el 2007, durante Chávez, se estimaba que en Venezuela transitaban unas 250 toneladas de cocaína. Según la Consolidate Counterdrug Database se traficaron 210 toneladas en 2022 por 5115 millones de dólares a un precio de 23,9 dólares el kilo, cifras semejantes a las que maneja Trasparencia Internacional. El consenso es que no son muy diferentes a las cifras que se manejaban en el 2007. 

Finalmente, la Oficina en Washington para Latinoamérica (WOLA) publicó un informe que dice: “Mientras que la corrupción y el crimen están prosperando en la crisis política y económica de Venezuela, nuevos documentos del gobierno norteamericano respecto al tráfico de drogas por Venezuela sugieren que el país ya no es un país primario de tránsito de cocaína a Estados Unidos”. Dice la WOLA: “Mas allá de la narco narrativa” del Director para Venezuela Geoff Ramsey y el Senior Fellow David Smilde, “evalúan las implicaciones de la nueva data sobre el prospecto de avance de la negociaciones de paz con Venezuela y el retorno a la democracia”.

La explicación que nosotros le damos a la reducción de la importancia de Venezuela en el tráfico internacional de cocaína, es que el país después de la debacle económica y las sanciones norteamericanas, quedó aislado y casi no existe comercio marítimo, que es como se traslada la mayoría de la cocaína, y los envíos aéreos, que constituyen una parte menor del tráfico, son casi inexistentes. Por esta razón Venezuela le resulta poco interesante a los narcotraficantes como país puente para Estados Unidos y, menos aún, para Europa.

Economista/Historiador. https://gerardolucas.wordpress.com/

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