La grieta que la elección de Sheynnis Palacios como Miss Universo abrió en el régimen de Ortega

La grieta que la elección de Sheynnis Palacios como Miss Universo abrió en el régimen de Ortega

Miss Nicaragua, Sheynnis Palacios, reacciona ser coronada Miss Universo en la 72a edición de Miss Universo en San Salvador, El Salvador, el sábado 18 de noviembre de 2023. / AP/Moises Castillo

 

El martes pasado, los artistas nicaragüenses Vink Laguna y Torch Místico comenzaban a pintar un mural en una pared blanca de la norteña ciudad de Estelí, cuando una patrulla policial llegó a impedirles que continuaran con la obra.

Por Infobae





El dibujo esbozaba apenas el rostro de Sheynnis Palacios, la nicaragüense que la noche del sábado anterior se coronó como Miss Universo 2023, y el mural era el homenaje que los artistas le prometieron por su triunfo.

“Hasta ahí quedó el mural. Tuvimos la intención de terminar, cumplimos con nuestra palabra, pero las autoridades no permitieron continuar”, expuso Torch Místico en su cuenta de Tik Tok.

El hecho representa una muestra del dilema que enfrenta la dictadura de Nicaragua: por un lado, celebra discretamente la victoria de Palacios y, por el otro, teme que su imagen sea usada como símbolo de protesta.

En un país polarizado como Nicaragua, y aunque la reina de belleza ha evitado comentarios políticos, su victoria ha provocado variadas interpretaciones, en uno y otro sentido. Cibernautas y medios locales han recordado que la reina de belleza participó en las protestas contra el régimen de Daniel Ortega en 2018, como lo hicieron cientos de miles de nicaragüenses.

Entre los partidarios de la dictadura, la figura de Palacios ha dividido las opiniones. Hay quienes la llaman “tranquera” o “pucho”, dos de los motes despectivos que el régimen usa para los opositores, y hay hasta quien ve su triunfo como un proyecto de la CIA para “crear a mediano plazo un líder aglutinante que no han podido construir ni con Cristiana Chamorro”, dice un artículo publicado en redes sociales y firmado por Edelberto Matus. “Es un Caballo de Troya que incluso viejos sandinistas están alabando”.

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