Grupos de criminales están utilizando la inteligencia artificial (IA) para manipular imágenes y despojar de grandes cantidades de dinero a familias que buscan desesperadamente a migrantes indocumentados que se perdieron en la frontera entre México y Estados Unidos.
La familia de Norma Ramos ha dado por desaparecido a su hermano desde hace dos meses cuando el migrante buscó ingresar a Estados Unidos de manera irregular en busca de trabajo.
Lo último que supieron de él sus familiares fue que el mexicano de 30 años había sido “dejado” en el desierto, probablemente en Arizona.
La familia se puso en contacto con el consulado de México y con la Patrulla Fronteriza, pero estas entidades no han encontrado nada sobre él, ni siquiera registros de que fuera detenido.
En su desesperación los familiares recurrieron a las redes sociales, donde encontraron una página web en la que supuestamente les ayudarían.
Ramos les envió información de su hermano y varias fotos, y de inmediato comenzó a recibir mensajes.
“Entre todos recibí el mensaje de una mujer de nombre Lorena asegurando que ella apenas había estado hablando con mi hermano. Me dio un número de teléfono y (me dijo) que me comunicara a ese número y que ellos me darían más información”, relató a EFE Ramos en una conversación telefónica desde México.
Al llamar, la persona al otro lado de la línea le dijo que “efectivamente ellos tenían” a su hermano, y que debía pagar 10.000 dólares por su liberación.
La mujer comenzó a recibir mensajes con fotos aparentemente de su hermano pidiendo ayuda, pero con apoyo de expertos descubrió que las imágenes eran falsas, al igual que el video que le enviaron. Una de las fotos que ella proporcionó había sido utilizada para generar las imágenes.
Todo fue un montaje de supuestos secuestradores que, utilizando la inteligencia artificial, copian la cara de una persona y la montan en la imagen del cuerpo de alguien más para obtener fotografías y videos.
Cuando los extorsionistas no obtuvieron el dinero, le enviaron a Ramos un mensaje en el que solo se puede escuchar a una persona que está siendo golpeada y gritando de dolor.
Óscar Andrade, director de Capellanes del Desierto, organización sin fines de lucro que busca a personas reportadas como desaparecidas en el desierto de Arizona, dijo a EFE que cada vez son más los casos en los que se usa inteligencia artificial para manipular videos e imágenes que las familias reciben cuando les piden rescate por sus seres queridos.
“Esta gente sin escrúpulos se aprovecha del dolor de las familias para extorsionarlas y tratar de sacarles dinero”, dijo.
Una fuente de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP) dijo a EFE que la agencia está al tanto de esta práctica y que los casos están siendo investigados.
Por su parte, Andrade indicó que él mismo ha analizado con expertos las imágenes y los videos, y que le han enseñado cómo detectar que se trata de una manipulación digital.
“Se ven sombras, especialmente donde la cabeza conecta con el cuerpo, y si el video no tiene ningún tipo de sonido, esto es una clara señal de alerta”, sostuvo.
Explicó que constantemente surgen páginas de grupos de delincuentes que supuestamente quieren ayudar a las familias a buscar a sus seres queridos y que se alimentan de información de las redes sociales para iniciar la extorsión.
El activista recomienda a las familias que vean “muy bien” las imágenes y videos que les mandan para detectar anomalías. Por ejemplo, una persona que ha sido secuestrada no puede tener una cara “sonriente” o un “semblante tranquilo” en las fotografías.
“Yo mismo puse información falsa en una de estas páginas y de inmediato me contactaron diciendo que tenían a mi ‘hermana’ y me pedían 4.000 dólares para liberarla”, relató Andrade.
Otro caso que Capellanes del Desierto ha recibido fue el de “Juan”, un migrante guatemalteco que también desapareció después de cruzar la frontera.
La familia comenzó a recibir mensajes de audio de un supuesto alguacil de Texas que pedía 2.000 dólares como “fianza” para liberar al migrante, según las grabaciones a las que EFE tuvo acceso.
Al darse cuenta de que la familia no enviaría el depósito, ese hombre que hablaba perfecto español se volvía más amenazante e inclusive comenzó a insultar a la madre del joven.
“Todo esto mientras ya sabíamos que ‘Juan’ iba de regreso a Guatemala en un avión porque lo habían deportado”, dijo Andrade.
El activista indicó que a medida que se ha incrementado el flujo migratorio a través de la frontera, también han aumentado los reportes de personas desaparecidas, lo que en su opinión provoca que se presenten más casos de extorsión.
EFE