Reestructuración de la deuda venezolana luce lejana y complicada aún sin sanciones

Reestructuración de la deuda venezolana luce lejana y complicada aún sin sanciones

El levantamiento a la prohibición de negociar en el mercado secundario de Estados Unidos, los bonos de deuda externa de Venezuela y de la petrolera estatal Pdvsa, fue considerado como el punto más importante en la flexibilización de las sanciones financieras del gobierno de Joe Biden. Tras una serie de licencias emitidas en octubre pasado, la referida a los títulos venezolanos no cuenta con un plazo de vigencia por seis meses, por lo que esto contribuyó a que los inversionistas comenzaran a negociar de manera importante los papeles generando un alza en su cotización. Claro está, la expectativa de todo ello es que se ejecute una reestructuración, pero que para analistas consultados, éste plan podría tardar en llegar.

Por Ahiana Figueroa / talcualdigital.com

Luego de que el Departamento del Tesoro de EEUU modificara dos licencias para permitir la negociación de los bonos de deuda venezolana, éstos han más que duplicado sus precios. La emisión 2018 de Venezuela subió 17 centavos a 8,75 dólares, mientras que el bono 2020 de Petróleos de Venezuela subió 13 centavos a 6,5 dólares.

La agencia Bloomberg señaló también recientemente que los pagarés soberanos con vencimiento en 2027 cuestan ahora alrededor de 18 centavos de dólar desde los 10 centavos en los que se encontraban durante la prohibición comercial. Por su parte, los bonos de Pdvsa con vencimiento en 2026 subieron casi cinco centavos a 11,5 dólares en el mismo período.

La deuda del país se ha negociado a una pequeña fracción de su valor nominal luego del incumplimiento de pagos en 2017 de $60 mil millones en deuda y, las restricciones posteriores impuestas al comercio secundario que mantuvieron a los inversionistas estadounidenses fuera de este mercado. Los precios se desplomaron aún más en 2019, cuando JPMorgan expulsó los títulos venezolanos de su índice de mercados emergentes. Ahora se espera que éstos papeles regresen progresivamente al índice lo que contribuiría a mejorar su rendimiento.

Los inversionistas están a la expectativa de una reestructuración por esos $60 mil millones en deuda impaga desde el año 2017, pero para muchos esta negociación podría ser complicada. Otros consultados afirman que solo se puede ejecutar luego de las elecciones presidenciales previstas para 2024 y las cuales tengan como resultado un cambio político en el país.

Jorge Piedrahita, experto financiero y asesor de inversiones del Fondo Copérnico, agrega que una renegociación consensuada de la deuda pública externa venezolana «es lo único que salvaría a Citgo Petroleum», de ser vendida para cubrir las deudas por expropiación de varias empresas que demandaron al país en tribunales norteamericanos.

Destacó además que para que una reestructuración de la deuda venezolana tenga éxito será necesario una reducción del dinero que adeuda tanto la República como Petróleos de Venezuela, esto para facilitar las negociaciones. Sostuvo que ese descuento podría llegar hasta 80% del total de la deuda, una cifra bastante importante que puede significar pérdidas para el acreedor, pero que sería la opción para recuperar algo de la inversión y finiquitar la operación.

«Tiene que haber una quita importante sino tendríamos un país esclavizado para el pago de su deuda. Hay que recordar que la deuda es casi tres veces el producto interno bruto venezolano», la cual Piedrahita calcula en $90 mil millones.

Considera que la eliminación de las restricciones a la compra y venta de bonos en el mercado secundario, es de carácter permanente, es decir, es una decisión que no cambiará. Representantes del gobierno norteamericano han señalado que pueden revertir la flexibilización de las sanciones, si el gobernante Nicolás Maduro no cumple con el acuerdo de Barbados suscrito con la oposición venezolana. Para ello tiene hasta este próximo jueves 30 de noviembre.

Piedrahita acotó que los volúmenes de compra de bonos fueron importantes, debido a que muchos tenedores que estaban agotados de esperar a una resolución con la deuda venezolana quisieron salir de ellos y, otros que prefirieron tener a la mano estos papeles porque lo ven como una oportunidad, es decir, hubo un mercado con suficiente liquidez.

«El que la licencia sobre los bonos no tenga un período específico de vigencia, hizo que se generara un salto en el precio. Esto fue posible porque hubo demanda de un nuevo grupo de compradores que estaban restringidos para hacerlo y, luego como esto está en un contexto en el cual se espera que este cambio en el régimen de sanciones va a permitir un aumento de los ingresos por petróleo y gas de Venezuela, les permite proyectar que el PIB del país será más elevado de lo que se esperaba, por lo que el valor de recupero debería ser mayor también», dijo.

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