El próximo 12 de febrero, Francisco Barbosa terminará su periodo como fiscal general de la nación. La búsqueda de su reemplazo ha desatado una guerra sin precedentes por este cargo, así lo reseñó la REVISTA SEMANA.
Por un lado, el Gobierno de Gustavo Petro ha adoptado una posición crítica, descalificando la gestión de Francisco Barbosa y toda la cúpula de la Fiscalía. Los choques entre el presidente y el fiscal se convirtieron en una constante.
Públicamente, el mandatario ha tomado partido contra la vicefiscal Martha Mancera en denuncias que han pretendido vincularla con el narcotráfico. La funcionaria, por su parte, en entrevista con SEMANA, estalló contra Petro y lo responsabilizó de ser la cabeza de un complot que busca desprestigiarla para impedir que reemplace temporalmente a Barbosa mientras la Corte Suprema de Justicia elige a la nueva fiscal.
En el camino aparece la fiscal Angélica Monsalve, llamada a imputación de cargos y quien tiene una orden de captura en Venezuela. Ella, según Mancera, es el cerebro detrás de la denuncia en su contra.
En la mitad de las tensiones están los procesos que cursan en el ente acusador contra Nicolás Petro, hijo del presidente; Juan Fernando Petro, hermano del mandatario; Laura Sarabia, mano derecha de Petro; el coronel Carlos Feria, jefe de protección presidencial; y la financiación de la campaña del hoy presidente en 2022, a la que habrían ingresado dineros sucios que no se reportaron.
Y como si todo esto fuera poco, algunos magistrados miran con recelo el hecho de que, por lo menos, dos de las ternadas hayan tenido alguna cercanía con el controvertido ministro de Defensa, Iván Velásquez, quien no solo ha ejercido una polémica gestión, sino que salió de la Corte Suprema, en la que era magistrado auxiliar, y terminó demandando la elección de siete magistrados. En el mundo judicial y político se comenta que Velásquez podría, incluso, apoderarse de la Fiscalía siendo nombrado como vicefiscal. Esa ya es una alerta para los togados.
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