La calle en el vecindario de Highland, en el noroeste de Denver está totalmente irreconocible desde que llegaron casi 30.000 migrantes venezolanos durante el año 2023.
Por EVTV
La ciudad está colapsada, las tiendas de campañas se extienden cada vez más y una de la más grande se encuentra afuera de uno de los cinco hoteles que el Departamento de Servicios Humanos de Denver está utilizando para albergar a 2.700 migrantes.
Durante las últimas semanas, el número de carpas aumentó abarcando un espacio importante de la calle y ocasionándoles a los carros dificultad para transitar.
Jenny Maris González, una de las migrantes venezolanas en Denver, explicó que después de la muerte de su esposo a causa del COVID, decidió viajar a EE.UU. para salir adelante con sus 5 hijos.
Bajo un frío día de diciembre, la venezolana describió que cocina su comida en una parrilla en la calle, usa botas donadas y se calienta en una tienda de campaña afuera del Quality Inn.
“Me dejó con cinco hijos y decidí migrar por un buen futuro, por mis hijos, por sus estudios”, dijo González en la puerta de su tienda.
Voluntarios de organizaciones sin fines de lucro colaboran con la comunidad venezolana repartiendo comida y jarabe para la tos para niños; cuando llegan todos salen corriendo para buscar en cajas de cartón la prenda que les pueda servir.
La mayoría de las familias tienen habitaciones en el hotel, pero no se permiten alimentos perecederos por lo que salen a la calle a cocinar y a coincidir con los voluntarios que traen comida donada y otros artículos todos los días.
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