El poder establecido tiene habilidad manipuladora para inventar cosas que desvían la atención de lo más importante: la superación de la hegemonía despótica y depredadora.
Los mandoneros del poder no descansan al respecto. Siempre urdiendo, defraudando, mintiendo, despreciando la verdad y el bien sin ningún límite. No están solos en eso: muchos que deberían defender los derechos del pueblo, se suman al juego de la manipulación, invocando pretextos que no convencen a nadie, pero que pueden suponer beneficios particulares.
En ese sentido, el reciente “referendo”, fue una especie de vitrina… Se pudo apreciar a los que se montaron en la farsa por malicia, no por inocencia como otros que van y vienen sin discernir.
Y así ocurre en variadas cuestiones. Mientras tanto el país cayendo en un foso que luce sin fondo, y la población sufriendo la catástrofe. Una parte significativa de los que estuvieron cerca del predecesor y hasta en tiempos del sucesor, denuncian estas realidades sin ambigüedad.
Hay una fractura importante que no debe ser ignorada. Pero no tendrá mayores consecuencias si la lucha se divide en objetivos diversos, vale decir, si la habilidad manipuladora del poder establecido, continúa marcando pauta.
El centro de todo es el cambio eficaz, de raíz, hacia una vida democrática, solidaria y emprendedora. Todas las fuerzas posibles deben enfocarse en ese centro. Todas.