Filtración permite vislumbrar el oculto mundo de las entregas “controladas” de drogas

Filtración permite vislumbrar el oculto mundo de las entregas “controladas” de drogas

Un gran camión cargado de sacos de papas entra en un almacén de la ciudad portuaria colombiana de Cartagena a finales de octubre de 2019. Una vez dentro, dos hombres descargan la verdadera carga: 700 kilos de cocaína. Entregan la droga a un socio de confianza que ha decidido transportarla a España. Él hace lo prometido… pero en un vuelo comercial de Iberia vigilado por la DEA. Este tipo de operación, detallada en archivos filtrados de la fiscalía colombiana, se conoce como “entrega controlada internacional”.

POR KEVIN HALL / NATHAN JACCARD / JACQUELINE CHARLES / JUANITA VÉLEZ / elnuevoherald.com





Se trata de una práctica que las fuerzas de seguridad extranjeras, como la DEA, han usado en colaboración con las autoridades colombianas para infiltrar bandas criminales con el fin de obtener información sobre sus movimientos y, en última instancia, hacer arrestos.

El programa está sujeto a revisión judicial en Colombia, y dos ex agentes de la DEA dijeron al Organized Crime and Corruption Reporting Project (OCCRP) que la agencia se adhiere a protocolos estrictos en la realización de las entregas.

Pero activistas de la transparencia afirmaron que el secretismo del programa plantea dudas sobre la supervisión, especialmente desde que las autoridades han descubierto graves problemas de corrupción en programas similares gestionados por la DEA.

Tom Devine, director jurídico del Government Accountability Project, un grupo activista con sede en Washington DC, dijo que la DEA debería poner en marcha un proceso de revisión externo sobre el uso de las entregas controladas internacionales para garantizar que están protegidas contra los abusos.

“No habrá rendición de cuentas a menos que se establezca una”, dijo Devine, cuyo grupo representa a denunciantes, incluidos agentes de la DEA que han sido castigados por denunciar casos de corrupción.

En el caso de Cartagena, las drogas fueron recibidas por un agente colombiano encubierto y enviadas a un laboratorio para su análisis, tras lo cual fueron transferidas a agentes de la DEA que organizaron el vuelo a España, según un informe de campo de la entrega incluido en los documentos filtrados. Ahí, en lo que parecía ser la misma operación, la policía local arrestó a tres personas que llegaron a recoger la entrega en un estacionamiento a las afueras de Madrid.

La DEA rara vez detalla el uso que hace de las entregas controladas internacionales en sus comunicados de prensa u otros informes públicos. Reporteros no pudieron encontrar ningún registro publicado de estadísticas sobre esta práctica, y la agencia no respondió a preguntas sobre el programa.

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