En uno de los mayores fraudes financieros en la historia europea, el colapso de Wirecard ha dejado una estela de misterio y controversia. El ex director de operaciones, Jan Marsalek, quien huyó después de que se descubriera la pérdida de casi 2 mil millones de dólares en el balance de la empresa en 2020, ahora se encuentra en el centro de una intensa búsqueda global. Las revelaciones actuales sugieren que Marsalek no solo es acusado de robar cientos de millones de dólares, sino que también se le vincula con el espionaje ruso.
Por Infobae
El vertiginoso ascenso y la caída de Wirecard, una vez considerada la joya tecnológica de Alemania, ha desconcertado a inversores, reguladores y autoridades por igual. En su apogeo, la compañía, con sede en Munich, procesaba pagos para sitios web de contenido para adultos antes de convertirse en un gigante financiero de Internet, valorado brevemente por encima de cualquier banco alemán.
Marsalek, una figura enigmática en la historia de Wirecard, era conocido por su estilo de vida ostentoso y sus conexiones aparentes con el mundo del espionaje. Su huida de Austria a Moscú tras el escándalo financiero puso en marcha una serie de eventos que han llevado a los investigadores a una inquietante conclusión: Jan Marsalek, de 43 años, probablemente haya sido un agente ruso durante casi una década, según funcionarios de inteligencia y seguridad occidentales.
El rastro de Marsalek, desde su fuga hasta sus presuntas actividades actuales en Dubai, ha desatado un torbellino de acusaciones. Funcionarios de inteligencia afirman que ayudó ilegalmente a las agencias de espionaje rusas a mover fondos para financiar operaciones encubiertas en todo el mundo. También ha sido vinculado al Grupo Wagner, la organización mercenaria del difunto Yevgeny Prigozhin, participando ahora en la reconfiguración de su imperio empresarial en África en nombre de los funcionarios rusos.
A pesar de ser uno de los fugitivos más buscados del mundo, Marsalek ha demostrado ser esquivo. Se le atribuye la creación de una empresa británica en 2021, utilizando un pasaporte checo, uno de los muchos documentos de viaje que poseía. La firma consultora, que operaba en el norte de Londres y cerró el año pasado, ha suscitado sospechas de que pudo haber sido utilizada para canalizar pagos para una red de espionaje, según documentos y funcionarios.
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