Las otras azafatas le dijeron a Jerilyn Young que su novio Bob Pelikan nunca iba a sentar cabeza.
Por CNN
Era 1964. Jerilyn, que trabajaba para United Airlines, estaba sentada en el suelo de su apartamento en Newark, Nueva Jersey, charlando con sus tres compañeras de cuarto.
Su edificio de apartamentos, vecino al aeropuerto de Newark, estaba habitado casi en su totalidad por azafatas. Era un lugar vibrante, animado y divertido para vivir. Las azafatas trabajaron juntas, salieron juntas a la ciudad de Nueva York y se aconsejaron mutuamente sobre sus vidas personales.
“Me decían que el soltero Bob era muy independiente, y de que no debería salir con él, porque me rompería el corazón”, dijo Jerilyn a CNN Travel.
Bob Pelikan vivía en el décimo piso, Jerilyn, que en ese momento tenía 20 años, y sus amigas vivían en el primer piso. Todas las azafatas conocían a Bob. Tenía 25 años, era alto, seguro de sí mismo y encantador. Tenía un Porsche rojo convertible que estacionaba frente al edificio. Tocaba el ukelele.
Pero lo primero que Jerilyn notó de Bob fueron sus ojos.
“Los ojos más amables que jamás había visto”, asegura. “Yo simplemente lo llamaría un gigante gentil. Estaba muy a cargo de su vida y, al mismo tiempo, era muy amable. Me sentí feliz de inmediato”.
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