A punto de completarse el año 2023, aprovecharemos de hacer balance, a fin de esclarecer hechos determinantes que jalonan futuro promisorio, obviando la narrativa artificiosa generadora de postración.
La primaria fue el detonante que selló la ruptura con el régimen, cambió el ánimo social que estaba apocado a punta de desesperanzas inoculadas por la corporación criminal a una sociedad frustrada, a la que le había quebrado el espinazo.
No puede considerarse la primaria como un suceso, una circunstancia, sino de un proceso en curso.
Todos se acomodaron a lo verificado el 22-O, allí se consolidó el afecto popular hacia María Corina Machado, y la convirtió en un fenómeno político, tal como se dio con el presidente Carlos Andrés Pérez, en su primera elección de 1973. Buena porción del chavismo clama por el cambio.
Los militares fueron testigos de la soledad del usurpador en ocasión del referéndum sobre el Esequibo, para eso sirvió el Plan República. Significó un referéndum revocatorio para Maduro.
Tenemos un presidente de facto sin Estado de Derecho, la usurpación consumió un periodo de 6 años, hizo de Venezuela un país fallido, uno moribundo que los países parias, aliados del mal, se comen a pedazos, como un zamuro. Vaciaron la democracia de contenido y significantes, para mantenerse en el poder.
Comienzan a hablar duro las neveras vacías.
La ruptura se dio y por eso la violencia del régimen. Crea situaciones artificiosas en torno al tema del Esequibo nuestro, pero ya nadie les cree el discurso embustero y hambreador.
La empatía se manifestó hacia María Corina, aceptada en los estratos sociales más bajos, logró calar con su carisma de mujer madre, en una cultura matricentrada, en donde las mujeres comparten esfuerzos, sacrificios, dolor y marginación.
La líder del coraje cree en la gente y la gente cree en ella. Aquí reside su fuerza, y marcará la diferencia, si ella logra su conversión en sujetos políticos que ejerzan la soberanía popular. Entonces el cambio será indetenible. Es consciente de que la fuerza está en cada callejón del país, que quiere organizarse.
El 22-O se produjo el clic en el trabajo por el cambio, que se va viabilizando bajo estructuras organizacionales distintas a los partidos. Ella es la líder que la gente decidió. De allí su fuerza. Marcando distancia con el mal y colocando la política en el bien.
La geopolítica no favorece hoy la libertad, pero tampoco aceptaremos normalizaciones que vayan en perjuicio de la dignidad nacional. Como hijos de esta tierra de gracia, resolveremos, con nuestra fuerza interna, el destino superior que merece Venezuela.
No nos rendiremos jamás ante una usurpación criminal, tan impopular pero con control del poder. La batalla por la libertad es la moneda del espíritu.
¡Libertad para Javier Tarazona, John Álvarez y los hermanos Guevara! ¡No más prisioneros políticos, torturados, asesinados ni exiliados!