Un muñeco de Año Viejo que representa un surtidor de gasolina con una expresión de hastío y una frase que dice “Ya no aguanto más” fue elaborado por Jonathan Carrillo junto a su familia, en el sector La Concordia, en la capital tachirense.
Por Anggy Polanco / Corresponsal lapatilla.com
El Año Viejo simboliza el sufrimiento de los venezolanos que tienen que hacer largas colas para abastecer sus vehículos y la indignación por la falta de soluciones. Carrillo explicó que se inspiró en esta realidad que vivió durante 2023, y que decidió hacer un surtidor de gasolina con una personificación molesta.
Pero el muñeco de Carrillo forma parte de la tradición de los tachirenses de elaborar figuras que representan lo mejor y lo peor del año que termina, y que se queman el 31 de diciembre como símbolo de renovación.
Por ejemplo, el barrio Guzmán Blanco en San Cristóbal, los vecinos elaboraron la figura de Bender de la serie animada Futurama, de casi 6 metros de altura, resistente al sol y al agua. Fue construida por Ramón Alberto Becerra y su hijo tras conseguir algunas tablas regaladas y reunir todos los materiales, con el propósito de alegrar a los niños, como lo vienen haciendo desde hace más de 25 años.
Mientras que en Colón, municipio Ayacucho, construyeron un Año Viejo con la figura del futbolista argentino Messi, pero en una versión gigante, con cinco metros de altura, el cual ya se ha convertido en el centro de atención de niños y adultos que no dejan de fotografiarse junto al muñeco.
Vale resaltar que el origen de esta tradición, se remonta a los españoles que quemaban a Judas en Semana Santa, que fue adoptado por los andinos, y tiene variantes regionales según cada municipio, como quemar una culebra llena de basura en Pregonero, o enterrar un muñeco en El Cobre.
El significado cultural de los muñecos de Año Viejo es una forma de resaltar la creatividad, protesta y cohesión social, que reflejan la identidad y la historia de los tachirenses, y que se relacionan con elementos religiosos de los pueblos originarios y rituales de fertilidad, expuso el investigador Anderson Jaimes, director del Museo Arqueológico del Táchira.