Los asentamientos israelíes en Cisjordania ocupada se han extendido a un ritmo sin precedentes desde que estalló la guerra entre Israel y el grupo islamista Hamás, el 7 de octubre pasado, denunció este viernes la ONG Peace Now.
“Los colonos están aprovechando la guerra en Gaza para cambiar la realidad sobre el terreno y tomar efectivamente el control de extensas áreas en el Área C”, que abarca el 60% del territorio palestino de Cisjordania ocupada y sobre el cual Israel tiene el control administrativo y de seguridad, indica un comunicado de Peace Now.
“Al cabo de tres meses de guerra en Gaza, somos testigos de un aumento sin precedentes de las actividades de asentamiento, incluida la instalación de nuevos campamentos colonos, carreteras, vallas y barricadas”, añade la ONG, que contabiliza la construcción de colonias judías en territorio palestino desde 2012.
Según la organización, se han establecido nueve campamentos colonos nuevos y fundado 18 caminos pavimentados ilegales, muchos de ellos en tierras privadas palestinas, durante estos últimos tres meses: una “cifra récord”.
Además, los colonos israelíes bloquean las carreteras palestinas y han regresado a Amona, un asentamiento que fue evacuado en 2017 por orden judicial a cambio de una compensación financiera y del establecimiento del asentamiento de Amihai.
“El permisivo entorno militar y político permite la construcción imprudente y la apropiación de tierras casi sin control. El resultado no es sólo un daño físico a los palestinos y sus tierras, sino también un cambio político significativo en Cisjordania”, denuncia Peace Now.
El gobierno de Israel, del que forman parte varios ministros colonos, o muy próximos al movimiento colono, y el más derechista de la historia del país, ha implementado desde el año pasado una política de expansión colona.
En febrero, anunció la regularización de nueve asentamientos en Cisjordania ocupada que fueron construidos sin permiso estatal, en represalia por un ataque en Jerusalén en el que un palestino mató a tres israelíes.
Esta decisión provocó indignación y fuertes críticas entre la comunidad internacional, incluyendo la ONU y Estados Unidos, el principal aliado de Israel, por considerar que esta medida anula la posibilidad de llegar a una resolución del conflicto palestino-israelí a través de la solución de dos Estados.
Además, Israel aprobó el año pasado la construcción de más de 13.000 viviendas para colonos judíos en Cisjordania, una cifra récord que representó un aumento de casi un 300% respecto al año anterior.
Amparada en el derecho internacional, la ONU considera ilegales todos los asentamientos israelíes en Cisjordania ocupada, pero Israel considera que las colonias que se han establecido con ciertos procedimientos burocráticos son legales.
La legalización por parte de Israel de nuevos asentamientos ocurre en medio del peor repunte de violencia en Cisjordania desde la Segunda Intifada (2000-05).
Israel se hizo con el control de Cisjordania ocupada en 1967, durante la Guerra de los Seis Días, y desde entonces mantiene una larga ocupación militar y colonización sobre este territorio.
EFE