La Corte Suprema de EE.UU. se enfrenta ahora a un caso electoral de un peso sin precedentes que determinará las perspectivas de Donald Trump de recuperar la Casa Blanca e influirá en la consideración pública de un tribunal cada vez más asediado.
Por CNN
La nueva polémica de Colorado llega en momentos en que los nueve magistrados se enfrentan a un mayor escrutinio y el país está más polarizado que en el año 2000, la última vez que el tribunal estuvo en el centro de una batalla electoral presidencial, en el caso de Bush contra Gore.
El manejo por parte de los jueces de la lucha por la descalificación de Trump de la papeleta electoral de Colorado podría intensificar el tumulto que les rodea o, al final, darles la oportunidad de inspirar confianza respecto a las normas de la democracia a medida que se acercan las elecciones de 2024.
Los jueces se reunieron a primera hora del viernes en una pequeña sala de conferencias junto al despacho del presidente de la Corte Suprema, John Roberts, para debatir los casos pendientes, entre ellos todos los relacionados con la controversia sobre la papeleta electoral y Trump. Esta fue la primera oportunidad en persona que tuvieron los nueve magistrados para discutir la petición.
Más tarde el viernes, los magistrados anunciaron que abordarían la cuestión más esperada que tenían ante sí: si el expresidente debe ser inhabilitado para ocupar cargos en el futuro por su papel en la insurrección del 6 de enero de 2021 en el Capitolio de EE.UU. El tribunal fijó un calendario rápido de sesiones informativas, en el que los alegatos orales quedaron fijados para el 8 de febrero. Todas las partes han hecho hincapié en la urgencia de la situación.
La presentación legal de Trump de esta semana estuvo salpicada del descaro característico y la negación continua de los últimos resultados de las elecciones presidenciales que llevaron a Joe Biden en la Casa Blanca. Los abogados de Trump dijeron a la Corte Suprema: “En 2020, el presidente Trump recibió más de 74 millones de votos a nivel nacional, y más de 1,3 millones de votos solo en Colorado, para ser reelegido como presidente de Estados Unidos”.
Trump también se refirió a las protestas en Portland, Oregon, en 2020, desencadenadas por la muerte de George Floyd y las preocupaciones públicas sobre la justicia racial, para solventar su afirmación de que el 6 de enero no fue una “insurrección”.
“Estados Unidos tiene una larga historia de protestas políticas que se han vuelto violentas. En el verano de 2020, manifestantes violentos atacaron el tribunal federal de Portland, Oregon, durante más de 50 días, agredieron repetidamente a funcionarios federales e incendiaron el tribunal, todo ello en apoyo de una supuesta agenda política opuesta a la autoridad de Estados Unidos. En el contexto de las violentas protestas políticas estadounidenses, el 6 de enero no fue una insurrección y, por tanto, no se justifica invocar la sección 3” de la 14ª Enmienda, alega la presentación.
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