La desarrolladora de la popular red social TikTok, la china ByteDance, está negociando la venta de múltiples videojuegos desarrollados por su estudio Nuverse a su rival y mayor vendedor de títulos del mundo, Tencent, a medida que intenta abandonar ese sector para centrarse en otros negocios.
Según el portal de noticias LatePost, Nuverse habría gastado “cientos de millones de yuanes” en desarrollar los videojuegos cuya propiedad busca transferir ahora ByteDance “con un importante descuento“, aunque por el momento no se han desvelado cifras concretas.
La operación todavía no se ha cerrado y ByteDance también está negociando con “múltiples” empresas que estarían interesadas, apunta el mencionado medio.
En los últimos meses, ByteDance ha movido ficha para retirarse del sector de los videojuegos, lo que podría suponer cientos de despidos y la venta de diversos títulos; en China, los estudios pueden tardar años a la hora de desarrollar un juego y de obtener la aprobación de las autoridades antes de poder comenzar a obtener ingresos con él.
La prensa local apuntó recientemente que la tecnológica estaba buscando vender su estudio Moonton por unos 5.000 millones de dólares dos años después de haberlo comprado por 4.000 millones.
A finales del año pasado, el diario hongkonés South China Morning Post indicó que el mercado chino de los videojuegos -el mayor del mundo- se había estancado ante la campaña emprendida por Pekín para combatir la adicción, especialmente entre los menores, a los que ha limitado de forma estricta el tiempo que pueden pasar jugando.
Además, las autoridades congelaron durante ocho meses la aprobación de nuevos títulos y, tras reanudarla, los números de juegos que obtienen el visto bueno oficial para su salida al marcado se mantienen por debajo de los niveles anteriores al inicio de la citada campaña.
ByteDance había hecho una importante apuesta por el sector -dominado por Tencent y NetEase- para tratar de diversificar sus fuentes de ingresos, dependientes principalmente de la gemela china de TikTok, Douyin. EFE