San Rafael de Laya, mejor conocido como “El 133”, perteneciente al municipio José Félix Ribas del estado Guárico, se ha convertido en un pueblo abandonado por el chavismo, que ha gobernado durante muchos años la entidad, sin dejar avances en la calidad de vida del ciudadano, signado por la desidia y la pobreza.
Por Corresponsalía lapatilla.com
Este caserío, situado al noreste de la región, en su momento fue conocido por su capacidad productiva en diversas áreas, que aportaba al desarrollo económico nacional. Ahora es controlada por la delincuencia, en especial por la megabanda criminal Tren del Llano.
Una fuente contactada por el equipo reporteril de La Patilla, quien prefirió mantenerse en el anonimato por temor a represalias, informó que el cobro de vacunas a los productores es el pan nuestro de cada día, lo cual ha hecho que muchos vendan sus tierras y emigren a otros estados o países.
“Un pueblo, que era de progreso, y lamentablemente hoy no se puede caminar tranquilo, debido a la delincuencia que asecha a la población, sobre todo en cuanto al cobro de vacunas al gremio agrícola y productor de la zona. Por esta razón, ciudadanos de la población se ven cansados de esperar repuestas positivas y se ven en la obligación de dejar atrás lo que con tanto sacrificio un día les costó, para buscar una mejor calidad de vida y tener un poco más de tranquilidad en las afueras del pueblo”, expresó.
Del mismo modo, refirió que varios de sus familiares dedicados al comercio deben pagar cifras importantes de dinero de manera mensual para laborar de manera tranquila y que sus seres queridos no se vean amedrentados por los malhechores encargados de hacer ese “trabajo sucio”.
“Y qué tristeza que jóvenes como yo y muchos estamos a la espera de un título para irnos del país. Así como hay muchos que ya se fueron sin poder estudiar también, producto de la crisis que golpea nuestro pueblo y Venezuela en general desde hace muchos años”, puntualizó la fuente.
No es solo el hampa lo que reina en esta localidad del municipio guariqueño, sino también los problemas de telecomunicaciones, servicio de agua potable, alumbrado público o vialidad, con los cuales deben convivir los residentes de San Rafael de Laya, sin vislumbrar un futuro próspero como en décadas anteriores.