Un veterano estadounidense que conspiró para derrocar al presidente de Venezuela expresó orgulloso su apoyo a un exgeneral militar venezolano que se declaró culpable en Nueva York de cargos de terrorismo, y señaló que su compañero de armas era un patriota y un dedicado padre de familia merecedor de una pena de prisión reducida.
Por JOSHUA GOODMAN / Associated Press
El ex boina verde Jordan Goudreau había permanecido en silencio desde que un grupo de militares venezolanos desertores a los que ayudó a entrenar clandestinamente en Colombia llevó a cabo una incursión transfronteriza en 2020 con el objetivo de derrocar al presidente Nicolás Maduro. Bautizada como Operación Gideon, la incursión no tuvo ninguna oportunidad y dos de los veteranos boinas verdes compañeros de Goudreau fueron arrestados rápidamente, mientras que ocho venezolanos murieron.
Goudreau, de 47 años, reapareció esta semana para acompañar a Cliver Alcalá, el militar venezolano rebelde que sería su ayudante más confiable en el descabellado plan. El general retirado del ejército venezolano será sentenciado el 18 de enero por dos cargos de brindar apoyo a un ejército rebelde colombiano designado como grupo terrorista por Estados Unidos. Podría ser sentenciado a hasta 30 años de prisión.
En una carta presentada el lunes en un tribunal federal de Manhattan, Goudreau relató cómo llegó a admirar a su compañero de armas, viviendo con Alcalá y su familia en un austero apartamento en el norte de Colombia. Aunque no menciona sus planes golpistas encubiertos, describe cómo ambos reunían fondos para comprar arroz y otros alimentos básicos para los necesitados, y atribuye el sentido de servicio de Alcalá al ejemplo que le dio su abuela, que lo crio después de que perdiera a sus padres, y a sus dos décadas como militar en algunos de los rincones más apartados de Venezuela.
“La mayoría de los soldados sienten la necesidad de servir, y sé que Cliver siempre buscó ayudar a los necesitados”, escribió Goudreau en la carta de una página dirigida al juez Alvin Hellerstein en la que instaba a reducir la condena. “Se había dedicado a dar a los demás cualquier pequeño extra que tuviera”.
El llamamiento público de Goudreau a la clemencia tiene su origen en su implicación en la extraña trama destacada en una investigación de The Associated Press de 2020 que dio a conocer los campamentos en la selva donde Alcalá, bajo el nombre de guerra de Julio César, estaba entrenando a unas cuantas decenas de desertores militares venezolanos desesperados por derrocar a Maduro.
La AP nunca encontró ninguna prueba de la participación directa del gobierno de Estados Unidos a pesar de que Goudreau llamaba constantemente a las puertas de la Casa Blanca de Donald Trump y cerraba acuerdos con los opositores de Maduro para reunir apoyo para lo que llegó a conocerse como la Bahía de los Cochinillos, en referencia a la invasión de 1961 de la Cuba de Fidel Castro, mucho mejor planificada pero igualmente fallida.
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