Si bien algunos hijos de celebridades son famosos simplemente por quiénes son sus padres, otros han logrado un gran éxito por derecho propio. Pero lo más llamativo no es que trascendieron laboralmente a sus padres, sino que amasaron fortunas que los superan en más del doble de millones de dólares.
Miley Cyrus
En 1992, Billy Ray Cyrus cantaba al mundo Achy Breaky Heart, convirtiéndose en una estrella de la música country.
Ganó unos 40 millones de dólares con la canción. Pero Billy Ray decidió dejar atrás los jets privados y el champán para centrarse en cuidar de su familia. Y eso dio sus frutos. Miley Cyrus saltó a la fama cuando era adolescente, gracias a la serie de Disney Channel, Hannah Montana, que se estrenó en el 2006.
Convirtiéndose en una superestrella de la música, a los 18 años ya era increíblemente rica.
Pero Billy Ray dijo a GQ que nunca se benefició de su fama. “Mucha gente sacó beneficios de ella. Me enorgullece decir que, nunca gané ni un dólar, ni un céntimo, gracias a mi hija”. Aún así le fue bien.
Según Stylecaster, el patrimonio neto de Billy Ray ronda los 20 millones de dólares, mientras que el de Miley se estima en 160 millones.
Angelina Jolie
Jon Voight siempre fue actor muy popular, protagonista de clásicos como Cowboy de medianoche (1969) y Amarga pesadilla (1972). Aunque hace tiempo su fama se eclipsó por la de su hija, Angelina Jolie: una de las mayores estrellas del mundo.
El patrimonio de Angelina se estima en unos 120 millones de dólares, el doble del de su padre.
Su éxito comenzó con Lara Croft en Tomb Raider (2001), y no paró desde entonces. Además, también gana dinero con los contratos de patrocinio, como el de Louis Vuitton, que asciende a 10 millones de dólares.
Mientras que Angelina disfruta de su estilo de vida de lujo, su padre se vió relegado a aparecer en videos y películas que no tuvieron tanto suceso, según él por sus posiciones políticas de apoyo a Donald Trump, lo que achaca al “comunismo de Hollywood”.
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