Un matrimonio de holandeses se lanzó a la aventura en la España vaciada con la compra de Bárcena de Bureba, un pueblo de la provincia de Burgos que lleva más de 50 años abandonado, con la intención de desarrollar un proyecto de ecoaldea, recuperar las viviendas para uso residencial y turístico e implementar iniciativas de cultivo ecológico y sostenible.
La transacción se cerró antes del pasado verano, si bien ha sido ahora cuando se ha conocido, tras un proceso de venta que fue muy rápido, algo inusual cuando se trata de compraventa de pueblos, ha explicado a la agencia EFE Elvira Fafián, de Aldeas Abandonadas Real Estate, la inmobiliaria que ha gestionado toda la venta.
“Nos contactaron porque estaban buscando algo así de grande, con muchas casas y tierras, apartado de las grandes ciudades”, ha comentado Fafián, y “no tardaron mucho en ir a verlo, se desplazaron directamente a Bárcena y les encajó y se lo quedaron”, un trato muy satisfactorio para Aldeas Abandonadas, y no solo por el tema económico.
El pueblo de Bárcena de Bureba, situado a 40 kilómetros de Burgos capital, cuenta con 64 viviendas, la mayoría en ruinas, y ocupa en total seis hectáreas; se puso a la venta por 525.000 euros, pero el precio se rebajó a 339.000 euros, más o menos por lo que lo ha adquirido la pareja.
Elvira Fafián ha indicado que los holandeses traían bajo el brazo un proyecto muy creativo de recuperación del pueblo, con rehabilitación de las casas para usos tanto residenciales como turísticos, además de puesta en marcha de cultivos ecológicos, pues las seis hectáreas “dan para mucho”, e ideas e ilusión no les falta a los nuevos propietarios.
“El pueblo es verdad que está bastante en ruinas pero pueden ir recuperándolo, como ellos bien comentan; una casa primero y luego, según puedan económicamente, intentar recuperar la totalidad”, apuntó, pues la intención del matrimonio es ponerse a trabajar de manera inmediata y, de momento, ya están tramitando los primeros permisos.
Aldeas Abandonadas va a estar con ellos también en este proceso, que es complicado, sobre todo cuando se trata de una pareja extranjera que no conoce la normativa estatal ni sabe a qué puertas tiene que llamar; toca ver cómo se realizará la reforma, qué permisos necesitan, qué materiales van a utilizar, también cómo se va a trabajar el proyecto medioambiental y agrícola, y si el municipio del que dependen -Abajas- les da los servicios básicos.
La responsable de Aldeas Abandonas ha recordado que, precisamente, vender pueblos como Bárcena de Bureba es muy laborioso pues supone una gran inversión y quien los compra debe contar con un proyecto, algo más que la idea de vivir en el campo, para que la iniciativa salga adelante.
Y la pareja holandesa ya traía diseñado su proyecto de ecoaldea, que supone una nueva oportunidad para este pueblo, gracias a un negocio que traerá beneficio para la zona, directa e indirectamente, en forma de actividad económica y empleo, en una comarca con mucho potencial turístico.
La Bureba es cruce de caminos, recuerdan desde Aldeas Abandonadas, y paso del Camino de Santiago; dispone de innumerable patrimonio cultural, de hecho el propio municipio cuenta con una iglesia románica, y un espacio natural con muchas oportunidades.
Repoblar es más que comprar una vivienda
Elvira Fafián recordó que no todo el mundo encaja en el medio rural; ahora que tanto se habla de volver al pueblo, la recuperación de población en la llamada España vaciada es mucho más que comprar una propiedad o alquilar una vivienda, pues si no hay proyecto vital no tiene continuidad.
“El que invierte con ideas se queda, el que no tiene proyecto, no tiene tanto apego” y le cuesta menos acabar marchándose, de ahí que vender un pueblo sea tan complicado, pues exige una gran inversión, un proyecto definido y mucho trabajo para que salga adelante. “Hay que empezar de cero”, insistió Fafián.
En la página web de Aldeas Abandonadas, donde ya han podido anunciar que Bárcena de Bureba se ha vendido, ofrecen aldeas y pueblos, casas rurales, palacios, casas señoriales, palacios, monasterios, bodegas, viñedos, terrenos, fincas…
En Castilla y León, por ejemplo, se vende una aldea de Palencia por 1,2 millones de euros; un conjunto rural en León por 240.000 euros; tres cabañas pasiegas al norte de Burgos, por 61.500; en Segovia, un conjunto rural por 1,5 millones y un pueblo por 100.000 euros; y en Ávila, un conjunto rural por 1,7 millones además de otro pueblo en ruinas por 900.000 euros.
EFE