Que a veces los retos virales son un peligro para los más jóvenes no es ninguna novedad. Rhys Millum, un niño de la Harrogate, Inglaterra, ha fallecido por ingerir diez imanes del diámetro de 3 milímetros.
Por La Vanguardia
Se ve que dos días antes de fallecer se había quejado de dolores en el estómago, pero en el hospital solo le diagnosticaron una infección y lo mandaron de vuelta a casa. Según contó la madre del niño de ocho años, su hijo estaba “doblado y gritando” del dolor.
El médico que le atendió realizó tres exámenes abdominales, pero ninguno de ellos indicó que Rhys sufriera de apendicitis o que tuviera un intestino perforado. Cuando le aliviaron el dolor, Rhys fue dado de alta con un diagnóstico de adenitis mesentérica, una enfermedad común causada por una infección viral. El chico intentó comer algo de comida ese día, pero lo vomitaba todo.
Los síntomas no pararon de empeorar y Rhys finalmente murió por una parada cardíaca. Los paramédicos intentaron resucitarlo durante casi una hora, pero no consiguieron hacerlo.
Un examen postmortem reveló que la causa de la muerte habían sido diez bolas magnéticas, que tenían aproximadamente 3 milímetros de diámetro y se unían. Le habían obstruido y perforado el intestino.
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