Carlos Ochoa: Hacerse el noruego

Carlos Ochoa: Hacerse el noruego

En la Venezuela de estos tiempos se le dice a alguien que no se quiere dar por aludido a una situación o compromiso adquirido que se está haciendo el noruego, también que se hace el sueco, para generalizar que se hace el musiu, es decir que entendiendo lo que se le dice o exige, se hace como si no entendiera, o utilizando otra expresión se hace el loco.

¿Puede Maduro y la cúpula gobernante hacerse los noruegos, suecos o musius con el Acuerdo de Barbados? Este sábado el reino de Noruega les llamó la atención y les recordó que tienen que cumplir, sin embargo Maduro se hace el paisa y la cúpula se pasa olímpicamente por el forro del paltó el acuerdo sin cumplir lo que tienen que cumplir, seguramente con la esperanza de iniciar otro ciclo de negociaciones en otra isla o una reunión en Venezuela rotando invitados que se presten, que trate exactamente los mismos puntos que ya han sido acordados y firmados por ambos bandos, mientras los países garantes ven con total incredulidad y son testigos de la estrategia madurista de hacerse las victimas y responsabilizar al otro, a cualquiera, para no cumplir con una hoja de ruta electoral que encauce al país en una  democracia efectiva y creíble que le de cara a la crisis de Venezuela.

El gran problema para Maduro y la cúpula es que tienen una alta posibilidad de perder en una elecciones  competitivas  y con ello abrir las puertas para una transición, que tenga como norte la recuperación  del país con un nuevo gobierno de cambio democrático, en donde tengan que rendir cuentas por lo que han hecho o dejado de hacer.

Maduro y la cúpula quieren convencernos que no están dispuestos a reconocer a nadie que los pueda derrotar, que ya tienen listos los resultados irreversibles en donde de nuevo se alzan con la victoria y que no importan los acuerdos ni los compromisos suscritos  porque a ellos nadie los saca del poder porque las revoluciones izquierdistas son para toda la eternidad.

Con esa narrativa han fracturado en el pasado la voluntad de cambio, dividiendo a la oposición y colocando caballos de Troya y quintas columnas en las filas opositoras.

¿Qué hay de distinto, diferente en el paisaje político que los tiene contra la pared aunque lo disimulen con bravatas? Pues una mujer con una voluntad acerada que está construyendo desde abajo un gran movimiento de defensa del voto porque está convencida que Maduro va a ceder y va a negociar o está negociando en paralelo a la Plataforma Democrática una transición en donde María Corina va a ser  candidata, porque es la ruta de escape más segura para Maduro y la cúpula, que si o si tienen que bajar su costo de salida y la única que puede interceder sin garantías  para que disfruten un exilio dorado y ayudar para que les quiten el cartelito con la recompensa es la señora Machado, porque lo de la Corte Penal Internacional en La Haya es otra historia.

Pero ya he dicho en notas anteriores y lo ratifico que Maduro es un negociador, un buen jugador de póker y no es de los que se van a dar por vencidos ni a la primera ni a la segunda, pero como buen negociador sabe como y cuando y hasta donde llegar y parece que el Dios Cronos no lo ayuda y tendrá que recular aún más este año, que se nos presenta crucial para el futuro de los venezolanos que mayoritariamente claman por un cambio, porque como dijo Aleida Josefina en su oportunidad, esto no lo aguanta nadie.

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