Extraño como suene, a este clima de tensión también concurre el expresidente estadounidense Donald Trump, a quien la mayoría de los alemanes encuestados consideran “una amenaza a la defensa”, si regresase a la Casa Blanca. Recuerdan la notable entente cordiale de Trump con Putin durante su gobierno, así como su reticente apoyo al fortalecimiento de la OTAN. Postura recientemente agudizada por sus declaraciones de dejar a su suerte a un país de la OTAN que no invierta lo necesario en su defensa y alentar al agresor, Rusia en este caso, lo cual transgrede el artículo 5 del tratado que obliga a cada uno de los 31 países de la alianza militar a acudir en ayuda de cualquier miembro que sea víctima de un ataque armado.
Cualquier deterioro en la confianza y el compromiso recíproco entre las democracias occidentales que conforman la alianza atlántica, es inquietante si observamos que, entretanto, se afianza el compromiso y la cooperación mutua entre Rusia, China, Irán y Corea del Norte, enemigos naturales en un nuevo esquema de guerra que ya no luce tan fría…